martes, 9 de abril de 2013

LA VERDAD SOBRE LOS NARCOINDULTOS DE ALAN


Apenas propalado el informe del programa Cuarto Poder sobre los indultos y conmutaciones de penas a narcotraficantes durante el gobierno aprista, Alan García calificó de “mentiras” las acusaciones: “En los casos de tráfico ilícito de cocaína no se concedió ni un solo indulto”. Negó asimismo que se hubiera liberado a integrantes de bandas  y afirmó que se les redujo las penas a dos reos, que salieron de los penales en momentos diferentes. Justificó que actuó movido “por compasión” y afirmó que, de presentarse el caso, “lo volvería a hacer” (http://bit.ly/12xVhJM).

El informe preliminar de la Megacomisión desmiente todas sus afirmaciones. Quienes creen que se liberó a 400 narcos se equivocan: éstos fueron los de la modalidad agravada. Alan García liberó en total a 5.500 delincuentes y la amplia mayoría fueron narcotraficantes. De 104 indultos de carácter humanitario, 67 (el 64%) fueron para sentenciados por tráfico ilícito de drogas y de 5.246 conmutaciones 3.207  (el 61%) fueron para narcotraficantes.
Se liberó a bandas completas, como la formada por Amelia Emperatriz Reyes Alfaro, Lesly Yanira Zárate Quiroz y Demis Edgar Benavides Reyes, condenados por narcotráfico el 2007 a 15 años las mujeres y a 10 años el varón. García le conmutó la pena a Amelia Reyes de 15 a 6 años por la RS 088-2009, a Lesly Zárate, de 15 años a 4 años 6 meses, y a Demis Edgard, de 10 años a 4 años y un mes.

Percy Andrés Farías Aguirre, Jorge Andrés Farías Balarezo, Rosa Esther Huerta Aguirre, Milagros Leonor Farías Aguirre y Juan Carlos Farías Aguirre formaban otra banda condenada el 2004 a 15 años de prisión por tráfico ilícito de drogas. La RS 273-2009-JUS le redujo la pena a Rosa Huerta de 15 a 7 años. Recibieron luego la misma gracia Milagros y Jorge Farías, con una reducción de 15 a 6 años, a Percy le redujeron de 15 a 7 años, y Juan Carlos de 15 a 9 años.
Se liberó igualmente a la banda de Julio Roberto Rodríguez Chavarro, Roberto Xavier Boponti Correa, Jani Ysminio Alegría y Alberto Gutiérrez Perdomo. A Rodríguez, colombiano, se le redujo la pena de 15 años a 7 años 6 meses. A Boponte y Alegría de 15 a 8 años y a Gutiérrez de 10 años a 7 años 2 meses. La Megacomisión constató adicionalmente que en ciertos casos Alan García dispuso una reducción de condenas por debajo de lo propuesto por la Comisión de Gracias Presidenciales (http://bit.ly/10M9lsq).
Confrontado con las evidencias, García cambió su versión y afirmó que “solo” el 3% (167) de los sentenciados reincidieron. Esto debe ser un gran consuelo para las víctimas de Royer Henry Honorio Mas, indultado en marzo del 2008 por RS 037-2008-JUS, al que el Ministerio Público de Chachapoyas le archivó una denuncia por violación sexual en marzo del 2011 (http://bit.ly/YawV6l ) y volvió a prisión por asesinato en mayo del 2012. O para las de Sandro Bravo, que en los ocho meses que siguieron a su liberación violó a cuatro mujeres. Se favoreció asimismo a Mauro Choquehuanca, narcotraficante de alto vuelo que volvió a prisión en menos de un año, a Cleto Carhuapoma Aliaga, jefe de acopiadores de droga del Vraem, hoy incluido en las listas antidrogas de la Dirandro, Dircote y la DEA, y a Fernando Morales, que luego cayó en un laboratorio en Paraguay.
García sostiene que se liberó a estos delincuentes para combatir el hacinamiento en las cárceles. Pero la mayoría de los reclusos son procesados sin sentencia, y entre ellos hay inocentes que permanecen encerrados injustamente porque sus juicios no caminan. Para ellos no existe el indulto.
El colaborador de la DEA Óscar Linares Benites sostuvo ante la Megacomisión que se cobraba diez mil dólares por año de reducción de pena: “narcotraficantes peruanos, colombianos y mexicanos pagaron para salir en libertad, es decir, que lograron su conmutación de pena, pero luego retornaron a prisión por segunda vez” (http://bit.ly/ZJeQaf).
Alan García ha respondido proclamando su candidatura presidencial para el 2016 –como Kenji Fujimori, quien se descubrió presidenciable cuando se hallaron 100 kilos de cocaína en la empresa de la cual es accionista–, declarándose un perseguido político, añadiendo un desplante (“Si no les gusta mi política de indultos, no voten por mí”)  y lanzando amenazas: “No se dan cuenta que de esta manera están construyendo un adversario político”.
Estas son las pruebas a las cuales debe responder la democracia.

lunes, 8 de abril de 2013

NO HAY RAZONES HUMANITARIAS, ÉTICAS NI JURÍDICAS PARA CONCEDER EL INDULTO A FUJIMORI

JAVIER DIEZ CANSECO
En los últimos días, el indulto a Fujimori ha copado nuevamente la agenda pública.  En esta oportunidad, las razones para declarar improcedente el pedido se han impuesto sobre las que impulsan la concesión de dicha gracia presidencial. El debate de estos días ha dejado claro que -en este momento- no existen razones humanitaria, éticas ni jurídicas para conceder un indulto humanitario al ex Presidente condenado en un proceso justo por el asesinato de 25 personas y la comisión de diversos actos de corrupción.
El artículo 31° de la Resolución Ministerial N° 0162-2010-JUS (norma que regula la concesión de gracias presidenciales, entre ellas el indulto humanitario) establece que sólo se recomendará el indulto por razones humanitarias en los siguientes casos: a) Los que padecen enfermedades terminales, b) Los que padecen enfermedades no terminales graves, que se encuentren en etapa avanzada, progresiva, degenerativa e incurable; y c) Los afectados por trastornos mentales crónicos, irreversibles y degenerativos (en ambos, además, las condiciones carcelarias deben colocar en grave riesgo la vida, salud e integridad del condenado)
De acuerdo con el informe de la Junta Médica Penitenciaria que evaluó a Fujimori, la situación de salud del ex Presidente no calza en ninguno de los supuestos regulados por la disposición legal citada anteriormente.  El informe concluye que no tiene cáncer (“cáncer de lengua oral y displasia recurrente de lengua oral operados sin evidencia actual de enfermedad”) ni ninguna otra enfermedad  grave que fundamente la concesión de un indulto humanitario. La depresión no es fácil de sobrellevar pero -como han referido diversos especialistas- es casi siempre tratable.
Los que impulsan la concesión del indulto saben que no hay razones para conceder dicha gracia presidencial y por ello se han visto en la necesidad de cambiar de estrategia. Han dejado de lado los argumentos y ahora lo quieren a la fuerza. Han pasado del argumento de la enfermedad terminal a razones que no tienen nada que ver con la situación de salud del ex Presidente: el 55% de la población está a favor, Fujimori no es cualquier ciudadano es un ex Presidente, el país está polarizado, “un país a la espera de algo no es conveniente”, entre otros. No piden un derecho, ahora exigen un privilegio.
Para conseguir este privilegio se han enfrascado en la tarea de afirmar y repetir una nueva mentira: Humala no tiene límites para otorgar el indulto y puede conceder esta gracia  legítimamente a quien le dé la gana. Mentira, como la enfermedad terminal. El TC ha señalado en diversas oportunidades que la concesión del indulto está sujeta a límites. “La gracia presidencial deberá ser concedida por motivos humanitarios, en aquellos casos en los que por la especial condición del procesado (por ejemplo, portador de una enfermedad grave e incurable en estado terminal) tornarían inútil una eventual condena (…) la concesión de la gracia presidencial en un caso en el que el que la situación del procesado no sea distinta a la de los demás procesados y no existan razones humanitarias para su concesión, será, además de atentatoria del principio de igualdad, vulneratoria de los fines de las penas (…), fomentando la impunidad en la persecución de conductas que atentan contra bienes constitucionalmente protegidos” (EXP. N.° 4053-2007-PHC/TC). Más claro ni el agua.
El informe de la Comisión de Gracias Presidenciales no es vinculante pero Humala no puede ir más allá de la Constitución. Lo sabe el Presidente y lo saben los que hoy lo presionan para conceder el indulto.
Ningún peruano debería morir en la cárcel. Fujimori tampoco y, para tranquilidad de él y su familia,  según el informe médico de la junta que lo evaluó ello no sucederá por el momento. El Presidente Humala debe tener presente que indultar a Fujimori en estas circunstancias implicaría un grave retroceso en el fortalecimiento de la democracia. La concesión del indulto a Fujimori en estas condiciones no sería más que un vergonzoso mecanismo de impunidad con un saldo de muchos perdedores (la institucionalidad democrática, los familiares de La Cantuta y Barrios Altos, el Estado de Derecho, entre otros) y un solo ganador: el fujimorismo.

domingo, 7 de abril de 2013

¿CUÁNDO SE ACABARÁ EL INFIERNO?


La perversidad y el pánico son los únicos medios “de persuasión” que utiliza un gobierno terrorista. "
Eduardo González Viaña
Eduardo González Viaña

A poca distancia de allí, una prisionera daba a luz sin auxilio médico y se la dejaba desangrarse. El niño, arrebatado de su vientre, era llevado a otro sitio para ser vendido o entregado a militares incapaces de procrear.
En un cuartel cercano, alzaban vuelo los helicópteros con su carga de presos políticos para torturarlos arriba y luego arrojarlos sobre el Río de la Plata. Por buena razón, se dice que el infierno estaba en la Casa Rosada.

En ese país como en el PerúChileUruguayBrasil y un largo etcétera, existió un cLima de apoyo cuando no de complicidad en los sectores judiciales, eclesiásticos, legislativos, policiales, y sobre todo en los medios de comunicación masiva que se convirtieron en portavoces y propagandistas de los gobernantes infernales.

En actitud de cambio, el cardenal de Argentina, ahora Papa Francisco, pidió perdón a ese país por la participación de la Iglesia en el terrorismo de estado. Creemos que, en su pontificado, ratificará la condena contra esa manera satánica de gobernar.

En el Perú, la complicidad civil se puso antifaces. Los llamados jueces sin rostro encontraban “culpables” y condenaban a largas penas de prisión en sólo una o dos horas de audiencia a personas cuyo único crimen era disentir o pertenecer a la etnia o a la región que se intentaba aterrorizar.


En Argentina, Estela de Carlotto relató que, al buscar a su nieto, el juez de menores le mandó a decir que no insistiera porque “podría terminar en una zanja”. En el Perú, no quedan muchas abuelas indígenas que puedan denunciar las ejecuciones porque los cadáveres no pueden hablar.


La perversidad y el pánico son los únicos medios “de persuasión” que utiliza un gobierno terrorista. Se explican así las multitudes que aplaudían a Videla y los miles de peruanos encuestados que son partidarios del indulto a Fujimori.

Quienes manejan los controles del pánico, conducen al pueblo a una mentalidad propicia a aceptar el infierno. Aquella se expresa en un cLima de sospecha en el que todos debemos probar que no somos terroristas ni antipatriotas. En esas condiciones, unos se rebelan, otros callan y muchos aplauden.

Supuestamente, el objetivo del gobierno es exterminar el terrorismo. Terrorista, sin embargo, puede ser considerado un universitario, un abogado defensor, un sacerdote o monja que hacen tarea social, un dirigente de sindicatos, un periodista o el miembro de cualquier partido de izquierda. Las pruebas incriminatorias son fáciles de fabricar.

Por eso, al pasar la dictadura, la gente que ha visto los cadáveres calcinados de los universitarios y que sabe de los miles de campesinos ejecutados en los Andes justifica cualquier perversidad con el estribillo de que así Fujimori acabó con el terrorismo.

En el Perú, los partidarios de ese terrorista de estado tienen un partido político, el Fujimorista. Por el otro lado, cada vez se endurece más el tratamiento contra los presos de la guerra, algunos de los cuales se han pasado la mayor parte del tiempo en régimen de calabozo y ahora se le restringen las visitas familiares. ¿Es necesario ensañarse contra ellos?


¿Termina la perversidad al finalizar la dictadura? ¿Se acaba el infierno?... En Alemania, se desarrolló durante décadas un proceso de desnazificación. En países con tan distinto signo ideológico como Chile, Guatemala y Argentina, los antiguos torturadores — algunos octogenarios— van a la cárcel. En el Perú,Alan García y los hijos de Fujimori se dan el lujo de conminar al presidente exigiendo el indulto. ¿Cuándo se acabará el infierno?

viernes, 5 de abril de 2013

176 RECLUSOS EXCARCELADOS POR ALAN GARCÍA VOLVIERON A DELINQUIR


Según datos oficiales difundidos por el Ejecutivo, los que salieron en libertad mediante las gracias presidenciales y reincidieron, cayeron otra vez presos por robo agravado, narcotráfico y tenencia ilegal de armas.
Rocío Maldonado
El último lunes cuando convocó a conferencia de prensa para responder a la denuncia por la liberación de 5,500 presos mediante  las gracias presidenciales durante su segundo gobierno, el ex presidente Alan García afirmó que tenía información de que solo una de las personas favorecidas había vuelto a prisión por reincidir en la comisión de un delito. 
“Solo una persona mayor intentó asaltar una juguería con una pistola de juguete”, dijo.
Sin embargo, las cifras lo desmienten. De los 5,500 favorecidos con el indulto o la conmutación de pena, un total de 176 (3.2%) reingresaron a la cárcel por haber perpetrado nuevamente delitos, de acuerdo con cifras oficiales del Ejecutivo.
De ese total, 104 fueron indultados por razones humanitarias, de los cuales seis (5.7%) retornaron a prisión por delitos graves como homicidio calificado, tráfico ilícito de drogas, robo agravado o corrupción de funcionarios. (Ver infografía).
De los 128 sentenciados que fueron beneficiados con un indulto común, ocho (6.2%) volvieron a ser encarcelados por robo agravado, en la mayoría de los casos, y tenencia ilegal de armas.
El grueso de excarcelados por el el ex jefe del Estado que regresaron a un establecimiento penitenciario por reincidir en el delito son los que accedieron a la conmutación de pena. De 4,682 liberados, 160 se encuentran nuevamente en la cárcel (3.4%).
El robo agravado es el delito de mayor recurrencia entre estos delincuentes. Le siguen el tráfico ilícito de drogas y la tenencia ilegal de armas, de acuerdo con cifras oficiales del Ejecutivo.
En el caso de los 586 extranjeros que recibieron la gracia de la conmutación de pena, dos de ellos se encuentran otra vez tras las rejas. Se trata de Antonio Muñoz Heredia y Boro Zadro, encarcelados por tráfico ilícito de drogas y microcomercialización de estupefacientes, respectivamente.
Hay que recordar que el ex presidente García había señalado que, en el caso de los sentenciados extranjeros, no liberó a ningún traficante de cocaína, sino tan solo a "burriers", quienes, afirmó, fueron expulsados del país con el conocimiento de sus gobiernos.
Al menos en el caso de los dos extranjeros mencionados, la expulsión del territorio peruano al parecer nunca se concretó.
No obstante y pese al elevado número de beneficiados con gracias presidenciales durante su gobierno, García rechazó haber incurrido en algún delito o falta y, desde el lunes, viene afirmando que la investigación que realiza la Megacomisión en el Congreso, por esta y otras denuncias, es digitada desde Palacio de Gobierno.

SUTEP PIURA: CORTE SUPREMA RECONOCE PAGO DE 30% POR PREPARACION DE CLASES


Piura: Corte Suprema reconoce pago de beneficios a maestros.
Piura: Corte Suprema reconoce pago de beneficios a maestros.


Después de dos años de injusticia, al fin la Corte Suprema de Lima emitió una sentencia en donde reconoce el pago del beneficio por preparación de clases que es el 30% del sueldo de cada profesor, el cual debe hacerse efectivo desde 1991 hasta el 2012.
Así lo dio a conocer el asesor legal del SUTE PiuraTeddy González Rabanal, quien explicó que lo que resuelve el vocal es que entre la ley del profesorado y el decreto supremo que dio Fujimori en 1991, con el cual se desconocía este derecho, sigue vigente la primera y por ello se debe reconocer dicho beneficio.
En Piura, la Sala Laboral desconocía este derecho desde el 2010, ahora se debe hacer efectivo el pago por 21 años a todos los maestros más los intereses legales. Si no se hubieran hecho las casaciones en Lima, el magisterio seguiría maltratado”, indicó.
En ese sentido, el dirigente detalló que ahora el gobierno regional debe emitir una nueva resolución administrativa en donde reconozca el pago, luego el contencioso administrativo le otorga seis meses de plazo para que indique con qué fondos pagarán la deuda; de no cumplir viene la ejecución de resolución judicial, es decir, iniciar los embargos para hacer efectiva la cobranza.
El gobierno regional debe reconocer sí o sí esta sentencia, de lo contrario estaría incumpliendo una resolución judicial, lo cual significa la destitución de las autoridades responsables”, comentó.

martes, 2 de abril de 2013

OTRO HOMENAJE A JAVIER DIEZ CANSECO


Por Nelson Manrique
La enfermedad de Javier Diez Canseco es un duro golpe para todos los que admiramos su consecuencia, honestidad e integridad como político y como hombre, y lo tenemos como un referente ético imprescindible del Perú que queremos construir. Como es natural, su intransigencia en la lucha contra la corrupción le ha ganado grandes enemigos, pero también el reconocimiento de lo mejor del país, más allá de las banderas ideológicas.
El temple de Javier se forjó inicialmente en la lucha contra la polio, en la voluntad de sobreponerse a las limitaciones que le imponía la enfermedad que lo baldó cuando tenía un año de edad. Balo Sánchez León rememora en una novela la infancia de ese grupo de niños de San Isidro que se juntaban a jugar en el Perú de los 50. Contaba Balo, muy divertido, que años después cierto militante de izquierda le estrechó la mano con gravedad y se presentó: “Me llamo Fulano y soy miembro del Comité Central del PUM”, a lo que Balo le contestó: “Yo me llamo Abelardo Sánchez León y cuando era niño jugaba en Los Cóndores con Javier Diez Canseco”.
Javier soltó la carcajada cuando le conté la historia: “¡Lo mejor es que es verdad!”, añadió.
Mis primeros recuerdos de Javier se remontan a fines de los sesenta, cuando en la Universidad Agraria formamos un centro de capacitación para estudiantes universitarios que querían salir al campo para trabajar con el campesinado. Corría 1969, hacía algunos meses que Velasco Alvarado había promulgado la Ley de Reforma Agraria e invitó a los universitarios a salir a impulsarla. Decidimos asumir el reto. Asistían a prepararse cientos de estudiantes y entre ellos varios de la Universidad Católica y, por supuesto, Javier. Desde entonces, fue para mí y para los miembros de mi generación una presencia familiar. Durante los siguientes años, en plena militancia, me sorprendía su valor, siempre poniéndose en primera en toda movilización, sin aceptar las limitaciones que le imponía su pierna afectada, en un quehacer que exigía correr regularmente.
En cierta oportunidad le pregunté cómo se hizo izquierdista. Me respondió que él fue criado en un medio en el que ni siquiera sabía que existía la pobreza (“No que estuviera mal, precisó, sino que no sabía que existía”). Su padre era integrante del llamado Imperio Prado, el grupo financiero más poderoso del Perú oligárquico. Entrando a la universidad Javier decidió salir a conocer el país y se enroló en Cooperación Popular, una iniciativa del arquitecto Belaunde.
Se fue a trabajar a una comunidad campesina y sufrió un gran trauma al enfrentarse con lo que era el país que habitaba. Su memoria de la experiencia era la de haberse quedado entumecido con la impresión, sin saber qué hacer, sintiendo una intensa vergüenza, que no encontraba cómo mitigar. Luego de algunos meses retornó a Lima, pero no a casa de sus padres: “No podía regresar, no tenía ningún proyecto, no sabía qué iba a hacer, pero sabía que no podía volver a vivir de la misma manera”. Se mudó a un pequeño departamento y poco a poco comprendió que la misión de su vida sería luchar por cambiar ese estado de cosas.
Vino entonces la búsqueda. Con otros dos amigos de la universidad decidieron que el camino era unificar la izquierda, y empezaron a llenar Lima de pintas con los nombres de los tres partidos que habían decidido que se debían unificar. Más de uno debió quedarse perplejo al leerlas, tratando de descifrar qué significaba eso. Luego vino la militancia en las causas a las que ha dedicado su vida: la defensa de los desposeídos, el socialismo, los derechos humanos, la lucha contra la corrupción y por la inclusión, con un especial énfasis en los derechos de los discapacitados. Jamás se apartó de ese empeño.
El coraje de Javier, que linda con la temeridad, ha provocado que atenten contra su vida en más de una ocasión. Amenazado por ambos bandos durante la guerra interna y siendo víctima de varios atentados se mantuvo en su línea, contra viento y marea, con ese mismo valor con el que hoy enfrenta al cáncer.
Debes saber, Javier, que todos estamos contigo. Que te consideramos lo mejor que nos pudo pasar, y que hacemos fuerza a tu lado.