Si Gastón Acurio se presenta como candidato, seguramente que ganaría la presidencia. Pero en el Perú, y en cualquier otro país, no basta con ser ungido como Presidente para gobernar y llevar al país por el camino de la paz, la libertad, el desarrollo democrático y la transformación de la nación. Porque esa tarea no es nada fácil, pues requiere experiencia política, económica y democrática; y, sobre todo, honradez y honestidad a toda prueba. Es por eso que, políticos hábiles en engañar a las multitudes, como Belaúnde, García, Fujimori, Toledo y Humala, han fracasado rotundamente una vez instalados en el poder - por dos veces en el caso de Belaúnde y García - por no tener la valentía y la consecuencia de aplicar el plan de gobierno ofrecido al electorado. Cayeron con facilidad en los brazos de la derecha y del poder económico.

En ese mundo aterrador de la política donde salen a relucir las más inimaginables bajezas y ambiciones del ser humano ¿qué haría nuestro honesto, honrado, emprendedor y exitoso cocinero, Gastón Acurio ? Estaría más perdido que conejo en tómbola y caería irremisiblemente bajo la influencia de sus "asesores" y gobernaría el país - si pudiera hacerlo -al vaivén de los intereses empresariales y corporativos, dejando a un lado sus promesas en favor del pueblo. En otras palabras, sería uno más de los presidentes fracasados y traidores que hemos tenido desde la dictadura militar de Morales Bermúdez.

Dejemos en paz el buen Gastón con sus ollas y cuchillos y busquemos otro candidato que responsa mejor al perfil del gobernante ideal que tiene el pueblo peruano ( no la derecha bruta y achorada que hace 200 años que maneja este país, donde siguen reinando la injusticia, la pobreza y la desigualdad). Si no aparece ese candidato, significaría que el Perú no puede gobernarse a sí mismo.