Rosa María Palacios escribe sobre la demolición política contra Nadine
Heredia en el Congreso: “Una cosa es que te digan ladrona (si no lo
eres, finalmente, que te importa) y otra es que te digan puta y que lo
hagan, como ella se quejó, constar en actas”
Por Rosa María Palacios
Lo he escrito varias veces. El Presidente de la República tiene un
problema con el calendario y el reloj. Responde tarde, siempre. Cuando
ya lo demolieron. Cuando ya nadie le cree. Ahí habla. Ahí se defiende y
aparece, tartamudeando una explicación lógica. Pero tarde, pues. En
política, el tiempo lo es todo, como bien sabe su enemigo Alan García
que ha hecho de la debilidad de su adversario un festival.
Lamentablemente el problema se volvió contagioso en la familia
presidencial. Aconsejada por los abogados, que tienen una estrategia
jurídica (creo yo, fácil de ganar) pero no política, Nadine Heredia optó
por el silencio mediático ante una gran demanda de información. El
cuestionario que me respondió y su declaración en Facebook fueron
absolutamente insuficientes. Grave error. Debió salir, desde el primer
día a señalar con el dedo quien la acusaba y que motivaciones políticas
tenía. Por callar, hasta su abogado es investigado en el Congreso.
Hoy en las encuestas se le considera la persona más corrupta del Perú.
Más que García (debe estar riéndose a carcajadas) o Fujimori (condenado
luego de allanarse a 7 procesos por corrupción entre ellos el regalo de
15 millones de dólares a Vladimiro Montesinos). Esta percepción, creo
yo, es injusta pero es real y manda un mensaje de miedo a cualquiera
que quiera incursionar en política. El Apra tiene a los medios de
comunicación en la punta de los dedos y es capaz de demoler la
reputación de cualquiera. No obedece a un control directo, sino a una
magistral manipulación de la información que convierte cualquier
documento apócrifo o inocuo en prueba plena, cualquier testimonio
absolutorio en condenatorio, cualquier frase inofensiva en prueba de
cargo. Así funciona. Filtrando. Mezclando. Aprovechando la ignorancia
jurídica. Cuando meses o años después llega este bodoque de páginas al
Ministerio Público, todo se archiva por absoluta improcedencia. Pero en
ese entonces ¿a quién le importará? No habrá ni una línea escrita. No
quedará, ni el recuerdo. La vorágine que se creó y la caldera, donde
frieron a los condenados por ser políticamente lentitos, ya se habrá
apagado hace mucho tiempo para ser reemplazada por otras calderas.
Políticamente demolida, Heredia, salió a defenderse. Porque una cosa
es que te digan ladrona (si no lo eres, finalmente, que te importa) y
otra es que te digan puta y que lo hagan, como ella se quejó, constar en
actas. Y así se lo ha hecho saber a todo el país. Durante el 2013 el
chisme del momento en Lima era que el empresario Rodrigo Arosemena (que
luego resultó gerente de la famosa Antalsys) era el amante oficial de
Nadine Heredia y que pagando una jugosa suma (creo que la tarifa era
10,000 dólares) te conseguía una cita con la señora y ella te arreglaba
lo que quisieras. Por supuesto, no había ni amante, ni citas, ni
arreglo, pero créanme que he conversado con señoras muy distinguidas –
por no leer ni el periódico – que estaban “enteradísimas” del asunto.
Así es Lima Virreinal. Y no va a cambiar.
Supongo que esta fue la gota que derramó el vaso. Pero tarde pues, muy tarde.
La realidad política tanto del Presidente, como de su esposa, es
sombría. Tienen que reconstruir una imagen destruida por imputaciones
que no son claras -ni siquiera se le ha podido decir a esta señora por
qué delito se le investiga como para justificar su cambio de invitada a
investigada – pero que el grueso público ya percibe como definitivamente
oscuras. No importa ya por qué, pero todo huele mal.
La Comisión que investiga a Martín Belaúnde Lossio tiene por objeto
principal el estudio de la conducta de éste sujeto. ¿Por qué? Por sus
nexos con la contratación de obra pública que ha resultado perjudicial
para el erario nacional. Ese es el encargo central. A través de la
contratación de Antalsys como he denunciado yo desde que estuve en
Puerto Maldonado en el 2014 – mucho antes de su fuga a Bolivia –
Belaúnde Lossio dejó probanza por doquier de actividades, por decir lo
menos, ilícitas. Sus relaciones personales para obtener contratos de
obra pública fueron construidas con los Presidentes Regionales, algunos
hoy prófugos de la justicia, cosa aburridísima que no le interesa a
nadie investigar.
¿Esta actividad de gestión de intereses alcanza al Presidente de la
República? Hasta ahora no se conoce prueba de ello. Hoy preso (por el
caso Ancash) Belaúnde Lossio no ha aportado prueba alguna contra los
Humala pese al escándalo que se hizo durante su fuga sobre el inventado
“pacto Evo- Ollanta” para no traerlo. (Qué papelón ¿no coleguitas?)
Pero, como la Constitución prohíbe investigar al Presidente, entonces
¿vamos por su esposa? ¿En qué clase de republiqueta bananera nos ha
convertido el Congreso?
Si el Apra quiere una Mega Comisión- Humala que se entretenga
examinando todos los actos de este régimen, solo tiene que esperar poco
más de un año para hacerlo. Si esa es su venganza política por los
Narcoindultos, que tenga paciencia y que gane las elecciones. Pero
convertir a la Comisión MBL en esa Mega Comisión es un exceso que
Marisol Pérez Tello debió parar hace rato. Hoy, con todo el lío del
secreto de la sesión y el acta de las preguntas al supuesto amante ha
perdido por goleada. Tarde para Heredia, pero “más que sea” hoy (el
martes) les ganó el partido.
“Se cree usted una torre de marfil” dijo el congresista Mulder a la
señora Humala, después de meterla en la moledora de carne humana. Que
hipocresía. Todo este circo de mentiras, al que la prensa se ha prestado
babeando por “primicias” que no denuncian nada, es organizado por ellos
mismos. Conozco sus métodos en carne propia. En el Perú, la única torre
de marfil es Alan García. Intocable. Oleado y sacramentado por el
fiscal Peláez, por si hiciera falta.
¿Y la verdad? ¿A alguien le interesa en esa Comisión?
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