Nunca he entrevistado al
candidato presidencial Julio Guzmán. No lo conozco, Nunca lo había visto
hasta que apareció en escena proclamándose el outsider. Lo que supimos
luego de él, es lo que me permite escribir esta columna, a pedido de sus
“fanáticos”.
No me gusta:
1. No me gustan sus supuestos fanáticos. ¿Decenas de personas escribiendo lo mismo? Tengo 6 años en Twitter y un millón y medio de seguidores, del total de tres millones que hay en el Perú. Con los años te das cuenta de lo que es espontáneo y de lo que es armado. Estos supuestos fanáticos son todos cortados con la misma tijerita. Educaditos, breves, suplicantes. El pedido es siempre el mismo. Hay otros candidatos, nos gustaría que hablara de él, póngale atención. Me persiguen, en Twitter, en los comentarios a cualquier otro tema en mi página profesional en Facebook o en este mismo blog. Hartan. Y mienten. No me dan buena espina. Y los bloqueo. No me gustan ni los trolls, ni las portátiles, ni siquiera las finas. Solo por ellos mi primera impresión de Guzmán es pésima.
2. No confío en una persona que se mira al espejo antes de ir al
trabajo y dice en voz alta que será Presidente del Perú en las próximas
elecciones. Rarísimo. Sin carrera política, sin siquiera haber postulado
– no digo ganado – a un cargo de elección popular. Así nomás, ¿de la
nada? Guzmán ha sido funcionario público. Conozco cientos de
funcionarios de diversas administraciones con más experiencia y mejor
desempeño. A ninguno se le ocurrió que podría, en un solo salto, llegar a
la Presidencia de la República.
3. No me gustan los candidatos de laboratorio, por más brillante sea
el laboratorio. Guzmán es una creación de Macroconsult. La prestigiosa
firma de consultoría económica le da todo su soporte (suerte que todo
candidato quisiera tener) y Drago Kisic le ha regalado la inscripción.
No hay partido, no hay cuadros, no hay militancia. No hay
institucionalidad alguna, ni deseo de crearla. O de no sacarle la vuelta
a la norma. Kisic salvó la valla electoral porque fue en alianza,
primero en Unidad Nacional con el PPC y Solidaridad Nacional el 2006 y
luego con Solidaridad Nacional el 2011. No saco ni un solo candidato al
Congreso en las últimas elecciones ¿Tiene vigencia real más allá del
cambio de membretes? Ninguna.
4. No me gusta que Guzmán pretenda ser una versión más joven y clase
mediera de PPK. Si no te gusta el original ¿por qué vas a votar por la
copia? Y a la inversa, si te gusta el original, no te vas a ir por el
clon.
5. No me gusta que no sepamos de dónde sale la plata. Y mal de
muchos, consuelo de tontos. Si te presentas como la novedad, como el
“outsider” se diferente en algo. Y en algo sustancial. ¿De dónde el
muchacho de 12 hermanos que estudio a punta de becas va a tener para
montar un aparato de redes sociales tan pesado (en las diversas
acepciones del término)? Salvo que su lista de aspirantes al Congreso –
desconocida aún- sea la gallina de los huevos de oro, no veo cómo
funciona económicamente. Y ante la duda, abstente.
6. No me gusta el discurso. Liberal, pero conservador. Supuestamente
de izquierda, pero de derecha por los cuatro costados.
Generalidades.“Nuestras propuestas” son las mismas propuestas, en
matices más o matices menos, que las de los punteros.
Por Rosa María Palacios
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