En la actitud enérgica de la Fiscal de la Nación es preciso distinguir dos posibilidades. Primera: Echaíz simula realizar una profunda investigación a Keiko, para después - poco antes de las elecciones- declarar que no ha encontrado absolutamente nada irregular en los gastos de sus estudios, dejándola así limpia y expedita para pasar oronda a la segunda vuelta. Este operativo habría sido concebido por la mente brillante de Montesinos y ejecutado por García. Este último habría utilizado a su gran amigo Flavio Núñez, para convencer a su esposa, la Fiscal de la Nación, a prestarse a este juego polìtico.
Segunda posibilidad: Gladys Echaiz inicia esta primera investigación a Keiko (las otras fueron a su padre) porque está convencida de su culpabilidad - pues participó en las indagaciones a Fujimori- y está decidida a actuar con dignidad, energía y responsabilidad profesional, cual otro César San Martín, resistiendo a pie firme y hasta el final las presiones del Apra y de los medios alanmetrados. Si cumple con lo que ayer ha prometido, pasará a la historia judicial del país como una heroína civil y ejemplo para los magistrados y fiscales del futuro ( los actuales ya no tienen remedio, pues están corrompidos hasta la médula). Pero también corre el riesgo de ser decapitada por el Ejecutivo, como ocurriera con los dos magistrados del Tribunal Constitucional que osaron enfrentarse a Fujimori.
Segunda posibilidad: Gladys Echaiz inicia esta primera investigación a Keiko (las otras fueron a su padre) porque está convencida de su culpabilidad - pues participó en las indagaciones a Fujimori- y está decidida a actuar con dignidad, energía y responsabilidad profesional, cual otro César San Martín, resistiendo a pie firme y hasta el final las presiones del Apra y de los medios alanmetrados. Si cumple con lo que ayer ha prometido, pasará a la historia judicial del país como una heroína civil y ejemplo para los magistrados y fiscales del futuro ( los actuales ya no tienen remedio, pues están corrompidos hasta la médula). Pero también corre el riesgo de ser decapitada por el Ejecutivo, como ocurriera con los dos magistrados del Tribunal Constitucional que osaron enfrentarse a Fujimori.
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