Casi en todos los países latinoamericanos se han realizado referendos sobre temas cruciales ( la RAL ya admite la palabra "referendo", voz castellanizada del término latino "referendum", por lo que es innecesario seguir usando este último). Hugo Chávez, Evo Morales y Correa han consultado a su pueblo en innumerables ocasiones, ganando por amplio margen los respectivos referendos.Pero en el Perú, los apristas tiemblan a la sola mención de esta palabra porque saben perfectamente que García solo tiene poco más de 20% de aceptación (el mismo porcentaje obtenido en la primera vuelta del 2006, pues solo los fanáticos apristas siguen aprobando la gestión del actual presidente, contrariamente a los resultados sobredimensionados de las encuestas amañadas).
Por tanto, convocar a un referendo sería para García un suicidio polìtico. Lo único que espera el presidente narcisista, que por desgracia tenemos, es capear los temporales que se avecinan, dinamizar al máximo su permanente campaña electorera inaugurando cualquier edificaciòn, entregar a ritmo frenético la infraestructura y los recursos naturales a empresas extranjeras, y llevarse los últimos millones de las arcas fiscales y de las coimas. Es por eso que la idea de un referendo jamás aparecerá en los medios de comunicación alanmetrados. Solo un gobierno que está seguro del apoyo popular y de la justeza de sus actos, es capaz de convocar a una consulta nacional.
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