El día que se rebelen, no solamente los nativos selvícolas, sino también los campesinos de la Sierra, quechuas y aymaras, ese día harán temblar las estructuras carcomidas de este Estado opresor y podremos tener un gobernante nativo o quechua, una Constitución por el pueblo y para el pueblo y empezará la nueva República, por la que tantos peruanos ilustres lucharon. Ya no hay que pensar en Lima, sino en la Sierra y la Selva para alcanzar el poder. Aprendamos las lecciones de la historia.
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