Estas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por el Centre for the Study of Democratic Institutions, The University of British Columbia, Vancouver, Canada.
No hay democracia si los poderes fácticos distorsionan los procesos electorales y gobiernan sin haber sido elegidos. No hay competitividad electoral si los candidatos favoritos de los poderes fácticos monopolizan la información y los electores sólo reciben migajas informativas y desinformación a raudales sobre los opositores. La falta de igualdad de acceso a la información de candidatos y electores pone en cuestión la legitimidad de los procesos electorales. No puede haber democracia de calidad en Estados que no son democráticos. Este el caso de los países andinos y la mayoría de los de AL. La ley no llega a todo el territorio, ni a toda la población ni a todas las clases sociales. No hay efectividad legal ni justicia para todos. Tampoco llegan a todos las políticas públicas de educación, salud y seguridad de calidad. No hay eficacia burocrática ni igualdad de oportunidades para todos.
El día en que el Estado sea el mismo en Miraflores, en San Isidro y en Chumbivilcas, el Perú será definitivamente otro.
No puede haber democracia estable si no existe un sistema social hegemónico. La estabilidad democrática hace parte también del Estado y de la calidad de la democracia. En varios países de AL no existe una clase dirigente que asuma los procedimientos democráticos, reconozca los derechos de los abajo y estos reconozcan la dirección de los de arriba.
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