Ahí está la madre del cordero. Piñera visita el Perú contínuamente, habla y se abraza con García y declara que las relaciones entre Perú y Chile deben profundizarse y no menoscabarse para una mayor integraciòn entre ambos pueblos. ¿Por qué tanta preocupaciòn de los mapochinos por ser más amistosos y tratar de acercarse cada vez más al Perú ? Porque se viene el fallo de la Corte de La Haya y Piñera quiere presentar la imagen de un paìs "hermano", muy amistoso y que mantiene magnìficas relaciones con el Perù, país con el que no tiene absolutamente ninguna controversia. Pretende hacer creer que su paìs es muy cumplidor de los tratados internacionales con el Perú y que jamás nos traicionó durante la guerra del Cenepa, siendo país garante. Todo esto para que los jueces de La Haya "no den un fallo sobre la base de un sesgo polìtico".
Con este mismo afán, Piñera viene ahora para llamar uno por uno a los candidatos presidenciales peruanos, entrevistarlos y dar su visto bueno, o visto malo, segùn corresponda a los intereses de Chile. Como García, Piñera cree que él tiene que decidir quién puede ser presidente del Perú y a quién se le hará la guerra sucia total para que no llegue al poder. ¿Aceptarían los chilenos que un presidente peruano vaya a Santiago a entrevistar a los candidatos a la presidencia de Chile ? No lo harían y con mucha razón, pues eso constituye una abierta intromisiòn en asuntos internos de un paìs. Otra cosa, y muy diferente, sería entrevistarse con el mandatario recièn electo de un paìs vecino.
El PNP ha hecho muy bien en aclarar que Ollanta no ha pedido la presencia de Piñera para una entrevista. Más aún, Ollanta no debe someterse a este juego humillante de Piñera, de ser examinado acerca de sus posiciones y planes de gobierno que solo conciernen a los peruanos. Cuando Ollanta sea electo presidente del Perú, podrà conceder todas las entrevistas que Piñera solicite y tratar todos los temas en cuanto a las relaciones bilaterales.
Además, Piñera, de acuerdo con García, busca sonsacar a Ollanta sus planes y estrategias para la campaña electoral y, conjuntamente con el chilenófilo mandatario que tenemos, evitar que el nacionalismo gane las próximas elecciones.
Con este mismo afán, Piñera viene ahora para llamar uno por uno a los candidatos presidenciales peruanos, entrevistarlos y dar su visto bueno, o visto malo, segùn corresponda a los intereses de Chile. Como García, Piñera cree que él tiene que decidir quién puede ser presidente del Perú y a quién se le hará la guerra sucia total para que no llegue al poder. ¿Aceptarían los chilenos que un presidente peruano vaya a Santiago a entrevistar a los candidatos a la presidencia de Chile ? No lo harían y con mucha razón, pues eso constituye una abierta intromisiòn en asuntos internos de un paìs. Otra cosa, y muy diferente, sería entrevistarse con el mandatario recièn electo de un paìs vecino.
El PNP ha hecho muy bien en aclarar que Ollanta no ha pedido la presencia de Piñera para una entrevista. Más aún, Ollanta no debe someterse a este juego humillante de Piñera, de ser examinado acerca de sus posiciones y planes de gobierno que solo conciernen a los peruanos. Cuando Ollanta sea electo presidente del Perú, podrà conceder todas las entrevistas que Piñera solicite y tratar todos los temas en cuanto a las relaciones bilaterales.
Además, Piñera, de acuerdo con García, busca sonsacar a Ollanta sus planes y estrategias para la campaña electoral y, conjuntamente con el chilenófilo mandatario que tenemos, evitar que el nacionalismo gane las próximas elecciones.
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