El atrabiliario y pintoresco Presidente del Poder Judicial, en un vano intento de congraciarse con García para tentar nuevamente la candidatura por el Apra, nos quiere retrotraer a la época del Antiguo Testamento, instándonos a tomarnos la justicia por nuestras propias manos, so pena de ser considerados maricas. ¿En qué país estamos ? El Primer dignatario del país que personifica a la Nación castiga a un ciudadano, sin esperar que un juez haga justicia. Luego, el titular del Poder Judicial proclama a voz en cuello la vigencia de la Ley del Talión en el Perú ¡en pleno siglo XXI !
Pero estos mismos altos dignatarios acusan a Ollanta de ser violentista y autoritario. ¿Y cómo llamaremos a los altos dignatarios que practican la violencia y hacen apología de ella ?
Luego asistimos a la grotesca aparición del señor Racumín, para autoinculparse de la cobarde agresión a Gálvez. ¿Por qué esperó 5 días para dar la cara y evitar que la figura de García fuera vilipendiada en el mundo entero ? ¿No juraron que ningún funcionario de ESSALUD estuvo durante el incidente ? ¿García está obligando al pobre Racumín a sacrificarse por él y por el partido, como lo hizo Mantilla ?
Este sainete es tan burdo, que constituye un insulto al sentido común de los peruanos.
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