Ahora entendemos por qué Markarián enfrenta a equipos de bajísimo nivel futbolìstico: la selección peruana toma estos encuentros como partidos de entrenamiento. En todos ellos la displicencia y apatía de los peruanos son notorias: no les interesa ganar, sino solo exhibirse con la camiseta nacional. Es por ello que practican un juego lentísimo, con un exceso de pasesitos laterales y hacia atrás, como en una pichanguita. Las corridas veloces, el juego desequilibrante, la habilidad y la picardía- características ancestrales del jugador peruano- no aparecieron en ningún momento. No hemos visto un solo tiro directo al arco, pues todos tienen temor de patear al arco, prefieren deshacerse de la pelota cuanto antes y de ahí los pasesitos innecesarios e improductivos en el área rival. Creo que no se debe estafar a los aficionados de esta manera. Con este equipo volveremos a ocupar el último lugar en las eliminatorias, pero Markiarán se llevará más dólares que el Chemo.
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