La ambición insaciable del Opus Dei por el poder y el dinero, hace que estén interviniendo en diferentes litigios con el fin de arrebatar colegios, universidades, santuarios, etc. Por ejemplo, destruyeron el santuario de la Virgen de Chapi en Arequipa, arrasando el pequeño pueblo y desaloajando a sus humildes moradores. Allí construiràn un complejo turìstico, ya no un santuario, que les redituará inmensa fortuna. Los templos del Cuzco, con un arzobispo de la misma secta, ya no se pueden visitar sin pagar. En Lima, quieren apoderarse del Colegio Externo Santo Toribio de Mogrovejo y de la PUCP, etc. Para desgracia de la Iglesia Católica, gran parte de los obispos en el Perú pertenecen a este grupo cuyo dios parece ser el dinero. El mismo Cipriani se convirtió en un agente al servicio del SIN de Montesinos, a cambio del capelo cardenalicio, para lo cual, - según versiones dignas de crédito- se tuvo que envenenar de a pocos al cardenal Vargas Alzamora. ¿Con qué autoridad puede predicar en la catedral, en la TV y en RPP?
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