sábado, 17 de abril de 2010

RACISMO Y BASURA EN LA TV

Por Rodrigo Montoya Rojas

Además del programa basura de la señora Magaly Medina que ha convertido el chisme en virtud, y el “ampay” montesinista en instrumento para meterse en la vida privada de las gentes y alimentar el morbo de los de arriba y los de abajo, la llamada televisión peruana, trata de divertir y ganar dinero con unos personajes famosos considerados como “humoristas” y cómicos como los señores Carlos Álvarez y Jorge Benavides. Se trata de simples imitadores y nada más. No tienen nada propio y creativo como para incluirlos en algo llamable historia del humor en el país. El personaje “paisana Jacinta” es una caricatura plena de mal gusto de una mujer supuestamente andina, desdentada, sucia y torpe. Si el “cómico” Álvarez tuviese un gramo de talento no tendría por qué apelar al prejuicio racista para imaginar una mujer del pueblo. De poco o nada sirve oírle decir que él no es racista. En nuestro país nadie se declara racista. Él es un criollo en el sentido vulgar de la palabra, vivo, mañoso, con una larga historia de complicidad con Montesinos y Fujimori. Es el típico limeño o chalaco capaz de venderle el Pentagonito o un barco a un ingenuo inmigrante llegado de los Andes. Me parece difícil imaginar que como persona sea diferente a los personajes que representa para lograr que la gente se ría. Su “paisana Jacinta” es un personaje de la TV basura. Sólo eso.

“El negro maama” es también la caricatura del negro construida por el pensamiento racista y colonial del país. Su supuesta convicción “Blanco y negro, no hay diferencia, lo que importa es la inteligencia, Maaama”, sirve para muy poco porque está desmentida por la presentación del personaje torpe, tonto, casi idiota, con rasgos y movimientos de un simio, precisamente como el razonamiento racista presenta a los negros. Tiene Razón Lundú, el Centro de estudios y de Promoción Afroperuanos, en su batalla contra el racismo en la TV.

La “chola Chabuca” es otro personaje de la TV. Se supone que es una mujer andina, cargada de polleras, que llena el escenario con su elegancia. No canta, no baila, sólo presenta un espectáculo de pobrísima categoría. Su inventor es un homosexual que debe sentirse feliz de aparecer cada sábado, como una señora.

¿Qué mujeres andinas se identifican con la paisana Jacinta?, ¿en qué se parecen las mujeres andinas a la chola Chabuca?, ¿qué negro peruano puede sentirse como un negro maaama? ¿Por qué los personajes que representan a las mujeres andinas y a los negros no se parecen en nada a los que son en realidad? Cuando la caricatura sustituye completamente a la realidad no hay humor ni comicidad, sólo menosprecio y racismo.

Los llamados cómicos pueden presentar los personajes que quieran, el problema de fondo es: ¿qué tienen en la cabeza los dueños de las empresas de televisión para aceptar y defender esos programas basura?

COMENTARIO

No solo sucede esto con estos personajes. En general, todos los llamados programas cómicos carecen de libretistas inteligentes y capaces de basar el chiste en los diálogos o en situaciones realmente cómicas, como en otros países. En Lima, los "cómicos" creen que con disfraces estraflarios - generalmente hombres vestidos de mujer-, un lenguaje procaz y con doble sentido y situaciones ingenuas o de cruda violencia, más una alta dosis de desnudos, harán reír a los televidentes. No hay ingenio, ni imaginación, ni chispa humorística en los libretistas. Parece que todo lo dejan a la improvisación de los "actores". Por eso es que recurren al racismo y perpretan esta TV basura. Y que no vengan con el sanbenito de que "hay que dar a la gente lo que le gusta". Entonces hay que seguir idiotizando y embruteciendo a los espectadores, sobre todo niños. ¿Y dónde queda la misión educadora de la TV ? ¿ Es jussto y legal que utilicen las ondas hertzianas del país para causarnos tanto daño ?

OTRO COMENTARIO

Esto lo vengo repitiendo desde hace mucho tiempo en mi blog: la televisión es la madre del racismo. NO sólo con estos programas "cómicos" que estereotipan a las personas conforme a patrones racistas, sino que excluyen de los programas "serios" a quienes no son blancos. De tal modo que, si nos fijamos, en casi la totalidad de magazines y noticieros, -salvo excepciones que pagan con su plata programas propios- el requisito para ser presentador es ser blanco o estar "blanqueado". Desde locutores hasta el último reportero de calle, pasando por los cocineros y titereteros.
En los avisos publicitarios es peor, sólo se requiere de los "cholos" para aparecer como extras de delincuentes, borrachos. servidumbre o campañas de salud del Estado; o sea los presentan como una minoría dentro de nuestra sociedad, cuando son los blanquiñosos quienes son la minoría. Recuerdo que un publicista alguna vez critícó que son los clientes anunciantes quienes obligan a los creadores a usar gente blanca para todo y que unas de las pocas veces que hizo un aviso con "cholos", el aviso fue un éxito. Lógico, si la gente se ve retratada tal como es y no como caricaturizan los cómicos, se identifica rápidamente con el producto, ello explica el éxito marginal de las películas informales de esos cineastas puneños que nunca salen en la cartelera "oficial" o el de la misma "Teta asustada".
Malamente hemos seguido el ejemplo de México, que en sus novelas nunca vemos al verdadero mexicano, al de a pie, siempre los protagonistas son blancos, hasta los charros; sin embargo el más grande hombre de cine de ese país fue un mestizo, un "indio": Cantinflas, seguido por Pedro Infante. Otro de los grandes ejemplos es "El chavo del 8" cuyo personaje mestizo "Quico" superó al colorado "chespirito" y por eso lo tuvieron que excluir años más tarde. Hoy, lamentablemente, como en Perú, toda la farándula mexicana está representada por blancos.
El caso de "Al fondo hay sitio" es también uno más de aquellos programas cuyo requisito es ser blanco, así seas pobre ¿ustedes creen que de haber sido el único muchacho de pueblo joven, Elguera, de piel marrón lo hubieran elegido para ser coprotagonista? ¿cómo creen que se hace el casting? Lo primero que ven es el color de piel, luego averiguan de dónde viene y si tiene apellido "serrano" le dicen que lo cambie por un seudónimo más "cosmopolita".
Modernamente, el racismo en el Perú se disimula con la educación. Ahora son más delicados, si es blanco se enlaza con educado, si es cholo con ignorante. De ese modo, muchos racistas ahora dicen que no lo son porque ellos se fijan nada más en la cultura y civismo de la gente que en su color de piel. "Al cholo lo despreciamos por ignorante no por ser marrón, ergo, no soy racista", argumentan. Pero felonamente sueldan el color de la piel con la ignorancia, de tal modo que siempre el cholo queda mal, como un ser inferior y lumpen. Señores, el racismo no es sólo ver la piel sino acompañar las características raciales con un comportamiento determinado: blanco = culto, superior; cholo o negro = ignorante, inferior, delincuente. Y eso hacen estos cómicos de pacotilla como son Alvarez y Benavides.
BLOG PRENSA BRUTA

POR LA IMPORTANCIA DEL TEMA, AGREGAMOS OTRO COMENTARIO
La TV crea opinión pública y persuade en favor de la ideología conservadora; justifica las invasiones de Iraq y Afganistán y, en general, moldea las mentes y lava los cerebros. En vez de informar al ciudadano para dotarlo de una visión crítica y vigilante, el control mediático lo transforma en un consumidor pasivo de entretenimiento y en espectador de la política…

Roma levantó el Coliseo para ofrecerle una diversión sanguinaria a las masas urbanas de su imperio. Hoy, cada vez que encendemos el televisor recibimos una andanada de programas para imbéciles como Raul Romero, Magaly, Bayly, la Chola Chabuca, y todos esos bodrios conducidos por homosexuales (que han invadido la TV), y vemos también aterrados las crueldades de la propaganda de guerra del imperio USA, aunque las noticias pretendan mostrar la supuesta bondad de sus soldados en Iraq, y las películas nos familiaricen desde niños con la muerte y la violencia.

Petróleo y recursos naturales para las transnacionales y circo para los pueblos, parece ser la consigna de los canales lacayos a las corporaciones, sólo que ahora el circo está instalado en los hogares, por voluntad de unas reducidas élites mundiales.

El control de los grandes medios corporativos de información está coludido con las cúpulas de las grandes transnacionales y ciertos protagonistas de la clase política. La promiscuidad corporativa del poder mediático, político y económico se expande como el cáncer, desde EEUU a América Latina y al resto del planeta.

Los investigadores Bridget Thornton, Brit Walters y Lori Rouse, del Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State de California, establecieron que 118 miembros de las juntas directivas, consejos y directorios de las 10 más importantes organizaciones mediáticas –de prensa escrita, televisión y radio– de EEUU pertenecen simultáneamente a los directorios de otras 288 mega corporaciones transnacionales estadounidenses. La ubicuidad en las juntas directivas ensambla a los grandes medios corporativos (“corporate media”, en inglés) con el gran capital corporativo de EEUU (“corporporate America”). Por tal motivo, los autores concluyeron que la gran prensa y las grandes corporaciones del país del norte son una misma cosa: “¡Corporate Media is Corporate America!”

De allí la importancia de tener sumidos a los televidentes en la ignorancia, en la vulgaridad, en la desinformación y en su degradación, para así tener un dominio completo sobre las naciones.
PopeMarx

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