Por Rodrigo Montoya Rojas
Además del programa basura de la señora Magaly Medina que ha convertido el chisme en virtud, y el “ampay” montesinista en instrumento para meterse en la vida privada de las gentes y alimentar el morbo de los de arriba y los de abajo, la llamada televisión peruana, trata de divertir y ganar dinero con unos personajes famosos considerados como “humoristas” y cómicos como los señores Carlos Álvarez y Jorge Benavides. Se trata de simples imitadores y nada más. No tienen nada propio y creativo como para incluirlos en algo llamable historia del humor en el país. El personaje “paisana Jacinta” es una caricatura plena de mal gusto de una mujer supuestamente andina, desdentada, sucia y torpe. Si el “cómico” Álvarez tuviese un gramo de talento no tendría por qué apelar al prejuicio racista para imaginar una mujer del pueblo. De poco o nada sirve oírle decir que él no es racista. En nuestro país nadie se declara racista. Él es un criollo en el sentido vulgar de la palabra, vivo, mañoso, con una larga historia de complicidad con Montesinos y Fujimori. Es el típico limeño o chalaco capaz de venderle el Pentagonito o un barco a un ingenuo inmigrante llegado de los Andes. Me parece difícil imaginar que como persona sea diferente a los personajes que representa para lograr que la gente se ría. Su “paisana Jacinta” es un personaje de la TV basura. Sólo eso.
“El negro maama” es también la caricatura del negro construida por el pensamiento racista y colonial del país. Su supuesta convicción “Blanco y negro, no hay diferencia, lo que importa es la inteligencia, Maaama”, sirve para muy poco porque está desmentida por la presentación del personaje torpe, tonto, casi idiota, con rasgos y movimientos de un simio, precisamente como el razonamiento racista presenta a los negros. Tiene Razón Lundú, el Centro de estudios y de Promoción Afroperuanos, en su batalla contra el racismo en la TV.
La “chola Chabuca” es otro personaje de la TV. Se supone que es una mujer andina, cargada de polleras, que llena el escenario con su elegancia. No canta, no baila, sólo presenta un espectáculo de pobrísima categoría. Su inventor es un homosexual que debe sentirse feliz de aparecer cada sábado, como una señora.
¿Qué mujeres andinas se identifican con la paisana Jacinta?, ¿en qué se parecen las mujeres andinas a la chola Chabuca?, ¿qué negro peruano puede sentirse como un negro maaama? ¿Por qué los personajes que representan a las mujeres andinas y a los negros no se parecen en nada a los que son en realidad? Cuando la caricatura sustituye completamente a la realidad no hay humor ni comicidad, sólo menosprecio y racismo.
Los llamados cómicos pueden presentar los personajes que quieran, el problema de fondo es: ¿qué tienen en la cabeza los dueños de las empresas de televisión para aceptar y defender esos programas basura?
COMENTARIO
No solo sucede esto con estos personajes. En general, todos los llamados programas cómicos carecen de libretistas inteligentes y capaces de basar el chiste en los diálogos o en situaciones realmente cómicas, como en otros países. En Lima, los "cómicos" creen que con disfraces estraflarios - generalmente hombres vestidos de mujer-, un lenguaje procaz y con doble sentido y situaciones ingenuas o de cruda violencia, más una alta dosis de desnudos, harán reír a los televidentes. No hay ingenio, ni imaginación, ni chispa humorística en los libretistas. Parece que todo lo dejan a la improvisación de los "actores". Por eso es que recurren al racismo y perpretan esta TV basura. Y que no vengan con el sanbenito de que "hay que dar a la gente lo que le gusta". Entonces hay que seguir idiotizando y embruteciendo a los espectadores, sobre todo niños. ¿Y dónde queda la misión educadora de la TV ? ¿ Es jussto y legal que utilicen las ondas hertzianas del país para causarnos tanto daño ?
OTRO COMENTARIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario