Sin proponérselo - ¿ o intencionalmente ? - García ha hecho, ante los adventistas de esa universidad, la más exacta descripción de sí mismo, en una suerte de autocrítica subconsciente. Porque él es el paradigma de los políticos hipócritas que en las campañass rezan ante el público antes de un mitin, comulgan ante las cámaras sin haberse arrepentido de sus graves pecados (traicionar a sus electores, seguir robando al Estado, cometer adulterio, acosar a las esposas de los apristas, mentir públicamente, etc.) Si él es seguidor de Cristo, como afirma, debería saber que para comulgar es preciso antes arrepentirse y hacer propósito de enmienda (prometer no volver a cometer esos pecados) y cumplirlo. Solo entonces puede recibir la comunión. Pero este sepulcro, blanqueado por Cipriani, sigue ofendiendo a Cristo a diario. ¡Y habla contra los hipócritas!
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