Mientras GArcía pregona a los cuatro vientos que en el país existe la más irrestricta libertad de expresión, preocupa que en un país democrático como el nuestro, se esté cancelando los permisos –sin informar a la población– de más de 100 emisoras al interior del Perú. Nos encontramos en el contexto de un proceso electoral, y el ejercicio de los derechos políticos está íntimamente relacionado al acceso de una prensa libre y a la libertad de opinión. Otra vez la escopeta de dos cañones.
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