Divididas las fuerzas de izquierda, ahora empieza la guerra a muerte entre las dos facciones, en vez de golpear como un solo puño a la derecha agrupada en varias alianzas. Dicen que la guerra civil es la más cruel y sanguinaria de cuantas existen, eso mismo ocurre en la polìtica.
La derecha está feliz y contenta porque su pesadilla ya terminó y se han cumplido sus sueños. Celebra con alborozo la división de las fuerzas populares, porque ya tiene cantada la victoria en las elecciones del 2011. Para ella, cualquiera de sus candidatos corruptos y continuistas puede ganar, lo importante es que el modelo económico neoliberal no cambie, ni se sienta amenazada por un gobierno "antisistema".
En el otro bando, el pueblo ha sido traicionado una vez más por quienes creía que eran sus defensores y compañeros de lucha por construir una patria nueva, como en nuestros países vecinos. Nos esperan otros cinco años de farsa, corrupciòn, escándalos, faenones, entreguismo, y desigualdad y pobreza acentuadas. El Perú, definitivamente, no tiene arreglo.
La derecha está feliz y contenta porque su pesadilla ya terminó y se han cumplido sus sueños. Celebra con alborozo la división de las fuerzas populares, porque ya tiene cantada la victoria en las elecciones del 2011. Para ella, cualquiera de sus candidatos corruptos y continuistas puede ganar, lo importante es que el modelo económico neoliberal no cambie, ni se sienta amenazada por un gobierno "antisistema".
En el otro bando, el pueblo ha sido traicionado una vez más por quienes creía que eran sus defensores y compañeros de lucha por construir una patria nueva, como en nuestros países vecinos. Nos esperan otros cinco años de farsa, corrupciòn, escándalos, faenones, entreguismo, y desigualdad y pobreza acentuadas. El Perú, definitivamente, no tiene arreglo.
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