Ahora que ha desaparecido Fuerza Social del campo izquierdista, ha quedado un solo candidato representante de las mayorìas que exigen un nuevo Perú, con auténtica y verdadera democracia. Ollanta tiene la gran oportunidad de aprovechar esta circunstancia para derrotar a la derecha fragmentada hasta en ocho agrupaciones que solo se diferencian por el nombre. Defienden el mismo programa, buscan el continuismo del modelo económico y jamás mencionan la necesidad de una nueva Constitución, que es la base para cualquier cambio económico, social y cultural.
Ante el temor de que el Nacionalismo arranque con fuerza desde enero y empiece a atraer el voto de millones de peruanos descontentos con esta falsa democracia y con muchas ganas de castigar en las urnas a los polìticos de derecha - todos ellos corruptos y ladrones del erario nacional- , esta misma derecha ha adoptado una nueva táctica contra Ollanta. Convencidos de que la guerra sucia tiene efectos contraproducentes, han optado por ignorar y silenciar al candidato nacionalista, mientras realizan un vasto despliegue informativo en diarios y canales de TV a favor de los candidatos de derecha, a veces ofreciendo la pantomima de imaginarios adversarios que desatan una guerra verbal, con posibles debates. ¿De qué van a debatir si los ocho candidatos de derecha piensan igual y buscan imponer el mismo plan de gobierno ? Cuando dos o más partidos están de acuerfdo en todo, no hay lugar a debate alguno.
De ahí que Mulder no responda concretamente sobre las expresiones golpistas de García, sino que trata de desprestigiar a Ollanta tildándolo de llorón y quejoso. Según los apristas, todo polìtico que denuncie la corrupciòn aprista o la intromisiòn descarada e ilegal de su lìder en la campaña electoral, "trata de victimizarse para mejorar en las encuestas", como si las encuestadoras fueran dignas de crédito y no estuvieran compradas y manipuladas, como en tiempos de Fujimori. Es un hecho que ellas han convenido en una concertaciòn para que Ollanta jamás pase la valla del 10%. Si viniera una encuestadora internacional de sólido prestigio, como Gallup International, otro sería el cantar. La verdadera batalla electoral está por empezar.
Ante el temor de que el Nacionalismo arranque con fuerza desde enero y empiece a atraer el voto de millones de peruanos descontentos con esta falsa democracia y con muchas ganas de castigar en las urnas a los polìticos de derecha - todos ellos corruptos y ladrones del erario nacional- , esta misma derecha ha adoptado una nueva táctica contra Ollanta. Convencidos de que la guerra sucia tiene efectos contraproducentes, han optado por ignorar y silenciar al candidato nacionalista, mientras realizan un vasto despliegue informativo en diarios y canales de TV a favor de los candidatos de derecha, a veces ofreciendo la pantomima de imaginarios adversarios que desatan una guerra verbal, con posibles debates. ¿De qué van a debatir si los ocho candidatos de derecha piensan igual y buscan imponer el mismo plan de gobierno ? Cuando dos o más partidos están de acuerfdo en todo, no hay lugar a debate alguno.
De ahí que Mulder no responda concretamente sobre las expresiones golpistas de García, sino que trata de desprestigiar a Ollanta tildándolo de llorón y quejoso. Según los apristas, todo polìtico que denuncie la corrupciòn aprista o la intromisiòn descarada e ilegal de su lìder en la campaña electoral, "trata de victimizarse para mejorar en las encuestas", como si las encuestadoras fueran dignas de crédito y no estuvieran compradas y manipuladas, como en tiempos de Fujimori. Es un hecho que ellas han convenido en una concertaciòn para que Ollanta jamás pase la valla del 10%. Si viniera una encuestadora internacional de sólido prestigio, como Gallup International, otro sería el cantar. La verdadera batalla electoral está por empezar.
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