Si se comparan los resultados del gobierno de García con los del gobierno de Toledo, la diferencia no es cualitativa sino meramente incremental. Ella no es producto de una política diferente ni de una mejor gestión estatal sino de cambios en los tiempos y en las circunstancias internacionales. Un mérito que hay que reconocerle a García es la reacción adecuada, aunque tardía, frente a la crisis internacional de fines del 2008: el establecimiento de una política anticíclica. ¿Es el gobierno de García un gobierno eficaz y eficiente? Los mejores criterios para evaluarlo en este caso son la eficacia (la cobertura y la calidad) de las políticas públicas y la efectividad del sistema legal. Las políticas públicas no llegan a todo el territorio nacional ni a todas las clases sociales. Ellas cubren sólo la costa y las grandes ciudades de la sierra y de la selva y alcanzan a las clases altas, medias y un pequeño sector popular. Todo el resto del territorio y de las clases populares y pobres queda excluido.
La calidad de la educación, de la salud y de la seguridad públicas es deplorable. Ellas no son mecanismos de igualación de oportunidades de las clases populares y pobres, sino espacios institucionalizados de discriminación social y étnica. La ley y la justicia tampoco llegan a todo el territorio y a todas clases sociales. Para la sierra y la selva rurales y para los pobres de las grandes ciudades no hay dominio de la ley ni justicia. La mejor evaluación, sin embargo, es la de los ciudadanos: sólo el 26% de los peruanos (de las ciudades) y el 56% de la clase alta aprueba a García.
me parece muy bueno tu comentario gracias me audo en mi tarea
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