En efecto, la podredumbre de este gobierno y la desintegración moral del país van en aumento y se acelerará a medida que se acercan los últimos días del Apra. Esto despertará la conciencia del pueblo peruano y verán en Ollanta y el Padre Arana como los únicos salvadores de la patria. De allí que las fuerzas progresistas, nacionalistas y de izquierda deben prepararse para tomar el poder mediante las urnas, en las que los votantes mayoritarios sabrán castigar ejemplarmente a los partidos corruptos Apra y Fujimoristas, y a sus cómplices Unidad Nacional, UPP y otros grupúsculos. Fueron estos los que que permitieron, con su alianza, la consumación de esta nueva orgía aprista con las arcas del Estado. No perdamos la esperanza en la democracia, porque un nuevo régimen sabrá cómo sentar en la mesa a los inversionistas corruptos que hoy se apoderan de los puertos, del gas, del petróleo, y obligarlos a firmar nuevos contratos favorables al pueblo peruano. Si los bolivianos lo están haciendo, también los auténticos peruanos lo lograremos.
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