viernes, 22 de enero de 2016

TREN BIOCEÁNICO BRASIL - PERÚ

Los intentos de Europa por montarse al tren bioceánico que China quiere construir entre Brasil y el Perú


 
   
Tren en Alemania

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La más reciente propuesta involucra a la empresa estatal ferroviaria alemana (foto de archivo).

La idea de un ferrocarril bioceánico sudamericano que cruce desde el Atlántico, en Brasil, hasta el Pacífico, en el Perú, encendió la imaginación de muchos en el continente cuando fue propuesta hace unos años.
El gobierno chino lleva tiempo promocionando su apoyo al proyecto.
Pero ahora Europa también busca subirse al tren.
    
Y el miércoles pasado una delegación oficial del gobierno alemán se reunió con el presidente boliviano Evo Morales para discutir la posibilidad de una participación alemana y suiza en el proyecto.

Propuesta alemana

El Secretario de Estado del Ministerio de Transporte e Infraestructura Digital de Alemania, Rainer Bomba así como veinte representantes más de las esferas económicas europeas estuvieron en la nación sudamericana.
Estacion de tren de Sao Paulo)
Image caption La red ferroviaria brasileña está en expansión. (foto de archivo). 

"Muchas empresas germanas medianas, así como la multinacional Siemens y la principal empresa ferroviaria alemana, Deutsche Bahn, buscan ser parte del Corredor Ferroviario Bioceánico Central", dijo Judith Eckert, de la Asociación Empresarial para América Latina (LAV, por sus siglas en alemán), según declaraciones recogidas por el medio estatal alemán Deutsche Welle.

Y otros medios informaron que entre las empresas interesadas está también la suiza Molinari.

La propuesta europea abarcaría la construcción de la infraestructura, así como la venta y mantenimiento de las locomotoras y demás material.

El proyecto tiene dimensiones épicas. Se estima que su costo podría ascender a US$10.000 millones.
Y, de concretarse, atravesaría un verdadero campo minado de controversias ambientales, pues cruzaría por la sensible región amazónica.

Pero además también está el tema de las sensibilidades nacionales.

¿Por Bolivia?

Tren
Image caption La inversión ferroviaria facilitaría el comercio internacional (foto de archivo). 

Efectivamente, una de las versiones del proyecto no incluye a Bolivia, sino que propone un trazado directo entre el Perú y Brasil.

Y eso ya desató una polémica entre peruanos y bolivianos en el pasado.

"No sé si el Perú nos hace una jugada sucia", comentó Evo Morales en octubre de 2014, cuando también sostuvo que el proyecto sería "más corto, más barato" si atravesara Bolivia.

Sin embargo el presidente peruano Ollanta Humala descartó esta posibilidad poco después, en noviembre de 2014, al comentar un acuerdo con China para iniciar los estudios del proyecto.

El tren pasará "por el norte del Perú, por razones de interés nacional", afirmó entonces Humala.

Trayecto
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Una propuesta anterior del proyecto contemplaba una ruta que no pasaba por Bolivia. Independiente de la controversia anterior, las autoridades alemanas están cortejando la participación de Bolivia en el proyecto.
En la reunión del pasado miércoles, el funcionario alemán Bomba se refirió a Bolivia como un "jaguar fuerte".

Y, según reseñó la prensa boliviana, ya se trabaja en la conformación de una comisión técnica binacional para afinar la propuesta.

Sueño o pesadilla

Inicialmente, la propuesta de este tren que cruzaría el corazón del continente estuvo asociada con China.
Evo Morales
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Bolivia ha adelantado conversaciones con funcionarios europeos sobre la iniciativa. En mayo de 2015, el primer ministro chino Li Keqiang recorrió la región buscando acuerdos sobre la iniciativa.

Para China, el tren representa la posibilidad de un vínculo más directo para que las materias primas que importa de Brasil lleguen al Pacífico y de ahí a Asia, en vez de tener que dar la larga vuelta marítima por el Cabo de Hornos.

Y además es un engranaje clave en la estrategia de expandir su influencia diplomática en la región.

"Sería un trofeo y una pieza clave de toda la relación, si sale bien", dijo Kevin Gallagher, profesor de la Universidad de Boston y autor de estudios sobre el vínculo China-América Latina.

"Todo el proyecto es una gran promesa, pero debe hacerse bien o se puede volver una pesadilla",

Idea popular

Lo mismo, por supuesto, se aplicaría al proyecto alternativo que están proponiendo los empresarios europeos.

Por el momento, las naciones sudamericanas involucradas en la iniciativa pueden reconfortarse con la idea de tener a varios pretendientes detrás de la posibilidad de financiar y construir la que sería una de las grandes obras de infraestructura en la historia del continente.

Nadie sabe si el ferrocarril transoceánico finalmente podrá superar las barreras políticas, ambientales, técnicas y económicas que se interponen a su realización.

Pero lo cierto es que cada vez más países se interesan en intentarlo.

domingo, 17 de enero de 2016

NO ME GUSTA JULIO GUZMÁN


Julio Guzmán

Nunca he entrevistado al candidato presidencial Julio Guzmán. No lo conozco, Nunca lo había visto hasta que apareció en escena proclamándose el outsider. Lo que supimos luego de él, es lo que me permite escribir esta columna, a pedido de sus “fanáticos”.

No me gusta:
 
1. No me gustan sus supuestos fanáticos. ¿Decenas de personas escribiendo lo mismo? Tengo 6 años en Twitter y un millón y medio de seguidores, del total de tres millones que hay en el Perú. Con los años te das cuenta de lo que es espontáneo y de lo que es armado. Estos supuestos fanáticos son todos cortados con la misma tijerita. Educaditos, breves, suplicantes. El pedido es siempre el mismo. Hay otros candidatos, nos gustaría que hablara de él, póngale atención. Me persiguen, en Twitter, en los comentarios a cualquier otro tema en mi página profesional en Facebook o en este mismo blog. Hartan. Y mienten. No me dan buena espina. Y los bloqueo. No me gustan ni los trolls, ni las portátiles, ni siquiera las finas. Solo por ellos mi primera impresión de Guzmán es pésima.

2. No confío en una persona que se mira al espejo antes de ir al trabajo y dice en voz alta que será Presidente del Perú en las próximas elecciones. Rarísimo. Sin carrera política, sin siquiera haber postulado – no digo ganado – a un cargo de elección popular. Así nomás, ¿de la nada? Guzmán ha sido funcionario público. Conozco cientos de funcionarios de diversas administraciones con más experiencia y mejor desempeño. A ninguno se le ocurrió que podría, en un solo salto, llegar a la Presidencia de la República.

3. No me gustan los candidatos de laboratorio, por más brillante sea el laboratorio. Guzmán es una creación de Macroconsult. La prestigiosa firma de consultoría económica le da todo su soporte (suerte que todo candidato quisiera tener) y Drago Kisic le ha regalado la inscripción. No hay partido, no hay cuadros, no hay militancia. No hay institucionalidad alguna, ni deseo de crearla. O de no sacarle la vuelta a la norma. Kisic salvó la valla electoral porque fue en alianza, primero en Unidad Nacional con el PPC y Solidaridad Nacional el 2006 y luego con Solidaridad Nacional el 2011. No saco ni un solo candidato al Congreso en las últimas elecciones ¿Tiene vigencia real más allá del cambio de membretes? Ninguna.

4. No me gusta que Guzmán pretenda ser una versión más joven y clase mediera de PPK. Si no te gusta el original ¿por qué vas a votar por la copia? Y a la inversa, si te gusta el original, no te vas a ir por el clon.

5. No me gusta que no sepamos de dónde sale la plata. Y mal de muchos, consuelo de tontos. Si te presentas como la novedad, como el “outsider” se diferente en algo. Y en algo sustancial. ¿De dónde el muchacho de 12 hermanos que estudio a punta de becas va a tener para montar un aparato de redes sociales tan pesado (en las diversas acepciones del término)? Salvo que su lista de aspirantes al Congreso – desconocida aún- sea la gallina de los huevos de oro, no veo cómo funciona económicamente. Y ante la duda, abstente.

6. No me gusta el discurso. Liberal, pero conservador. Supuestamente de izquierda, pero de derecha por los cuatro costados. Generalidades.“Nuestras propuestas” son las mismas propuestas, en matices más o matices menos, que las de los punteros.
Por Rosa María Palacios

viernes, 8 de enero de 2016

PERÚ: LOS PARTIDOS POLÍTICOS NO SON INSTITUCIONES

 Por Rosa Maria Palacios

No se puede afirmar que una persona es una institución. Puede tener su representación temporal pero la voluntad de uno no sustituye la voluntad colectiva, ni la historia, ni la tradición. Pedro Cotillo no es San Marcos. Luis Fernando Figari no es la Iglesia Católica. Donald Trump no es el Partido Republicano. Podría seguir pero creo que la diferencia es clara. Formar parte de una institución y, a veces, hasta representarla, no convierte a la persona en la institución ni a la institución en la persona.

Los partidos políticos peruanos deberían ser instituciones. No lo son. Son membretes, franquicias adquiridas con firmas o sucesivas reelecciones en alianza avaladas por la ley, ante el JNE. Los partidos que lo fueron, como el Apra, el PPC o AP, cada día que pasa se aproximan más a un club de amigos, a una facción, más que a una verdadera institución.

En las instituciones, hay liderazgos, pero el poder es temporal. En las instituciones, hay decisiones colectivas, formándose una voluntad autónoma de la de los miembros que la conforman En las instituciones hay reglas. Pactos que rigen la vida institucional, cuyo incumplimiento genera sanción y rechazo. En las instituciones hay, cuando corresponde, jerarquías previamente pactadas, que dependen del mérito, antigüedad, voluntad de pertenencia o compromiso. 

En los partidos políticos peruanos los candidatos-caudillos son perpetuos, la voluntad del líder se impone sin ninguna democracia interna –por más pantomimas que se monten–, las reglas se rompen en cada paso y las jerarquías no existen o se desprecian. Así las cosas, no sorprende que no tengan militancia, sino clientela. Tampoco bases, sino empleados remunerados. Y mucho menos cohesión o lealtad en torno a un ideal.

Sin partidos políticos, no hay democracia. Sin competencia, no hay elección. Mucho de lo que veremos este verano nos puede llevar a cuestionar hasta cuándo este modelo de democracia sin partidos y elecciones sin competencia justa, puede durar y hacia adónde iremos. Nadie lo sabe y a los candidatos parece importarles poco.

¿Sorprende que los anuncios más importantes en estos días sean “quién va con quién”? No. No debe sorprender porque a falta de partidos, cada grupo tiene que jalar personas, “caras”, que tengan una trayectoria personal, básicamente de honestidad. Y ese juego de las sillas se repite imparable desde el 2001. Hay, por cierto, un doble juego. El que busca y el que quiere que lo busquen. Entre diciembre y enero se conoce alguna proyección de los candidatos presidenciales –que jalarán la lista parlamentaria el 10 de abri – y ahí buscan colocarse las “figuras”. A su vez, el líder político necesita de ellas para hacer menos notoria su orfandad de militantes, bases o ideas. Es un win-win. Y la ley no solo no lo prohíbe, ¡lo fomenta!

¿Cómo así? Para hacerlo sencillo, en la práctica no se necesita militar en un partido para postular por él. Él que sacrificó 5, 10 o más años de su vida puede ser desplazado por cualquiera. El 25% de la lista parlamentaria es designada –así, a dedo– por la cúpula, es decir, por el dueño de la franquicia.
El 75% de la lista debe ser elegida en elecciones internas. Pero, ¿quién postula en esa interna? Puede ser cualquiera. El único requisito es que no esté inscrito en otro partido. Hay que agregar que esas “internas” son cualquier cosa. Los delegados son conminados a votar a cambio de otras prebendas o de sus propias postulaciones.

Los pocos que han tratado de llevar a cabo elecciones de “un militante, un voto”, no han tenido ni padrones actualizados, ni voluntad de tenerlos. Aunque a muchos sorprenda, ahora podrán entender porqué figuras representativas del fujimorismo como Martha Chávez o Luisa María Cuculiza nunca han sido militantes de Fuerza Popular. No lo requerían.

¿Figuras más buscadas en estos días? Mujeres maltratadas políticamente. Las mujeres en política son un activo. Primero, hay pocas interesadas y es necesario cubrir la cuota. Segundo, la percepción pública es que las mujeres son más honradas. Tercero, suelen ser más maltratadas políticamente que los hombres y cuarto, 50% de la población electoral es femenina. Si se fijan, todos los anuncios –incluidos los más chocantes– involucran a mujeres.

Vamos con una breve lista: Acuña lleva a Anel Townsend y a Marisol Espinoza (descontando a Beatriz Merino que se hará cargo de sus negocios universitarios), Alan García lleva a Lourdes Flores, PPK a Mercedes Aráoz y Daniel Urreti a Susana Villarán. Acuña ha reclutado bien, pero el premio se lo lleva Alan García. Poner a tu lado a una mujer honesta a la que golpeaste sin “medida ni clemencia” merece palmas, compañeros.

De los punteros parece que Toledo ya no recluta a nadie, más bien pierde figuras día a día. Y el reclutamiento de Keiko Fujimori va flojo. Si botas a figuras históricas no puedes salir a la semana siguiente presentando al muy respetable General y Congresista Octavio Salazar en tu “dream team” de seguridad. ¿El General que quiso montar un psicosocial con el cuento de los pishtacos es su solución? No, pues.

La pobre Keiko sudaba en unos planos cerradísimos –yo creía que por maldad, pero me dicen que había poca gente en San Juan de Lurigancho– y mezclaba a un incómodo General Miyashiro, héroe en la captura de Abimael Guzmán, con unos pishtacos cualesquiera. Tan mal asesorada no puede andar la candidata número uno.

Terminemos como empezamos. Yo no creo que el fujimorismo sea Keiko Fujimori. Creo que es Alberto Fujimori. PPK, Acuña y Toledo son ellos mismos y punto. No hay institución detrás. Pero el Apra merecía un mejor destino que ser Alan García. Y eso depende solo de sus compañeros, porque ellos son los que se lo han permitido.