Por Manuel Danmert Ego Aguirre
América Latina
ratifica viraje a la izquierda, mientras algunos pretenden mantener al
Perú como peón del neoliberalismo y USA. La unidad continental y los resultados
últimos del voto ciudadano han sido rotundos. Se afianzan en esta
perspectiva Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Venezuela,
Argentina, Colombia, Salvador, Nicaragua, Cuba y Costa Rica.
Los organismos latinoamericanos ajustan orientaciones comunes
para actuar en el nuevo escenario que está ya abierto. Se avanzan
propuestas financieras y monetarias comunes; se diseñan políticas de
crecimiento productivo con innovaciones e igualdad social,
como las que formula CEPAL; se incentivan las inversiones conjuntas en
los programas de infraestructura y logística de la integración
continental: en ferrocarriles, carreteras sistemas de Internet,
telecomunicaciones e intercambios de productos de valor agregado.
América Latina actúa crecientemente en el mundo global con una fisonomía propia; en las Naciones Unidas el presidente de Venezuela Nicolás Maduro integra su Consejo de Seguridad, representando al conjunto del continente.
El Perú es el que está fuera de juego. El poder lobista apátrida quiere ser la última playa
del imperio unipolar de USA en crisis. Es indudable el aislamiento que
esta nefasta política trae para el Perú. Se busca ahora precipitar la
venta de las empresas estratégicas, empezando por Petroperú, Electroperú
y el Banco de la Nación.
También se ha autorizado la participación de tropas de USA en
“operaciones” con las Fuerzas Armadas peruanas en la zona del VRAEM. Y
se acentúa la supeditación de la errática económica del Gobierno a los
vaivenes erráticos del mercado financiero norteamericano.
Se pretenden condenarnos a ser vasallos. Pero el poder lobista
financiero está asustado ante las eventualidades de un pueblo que desde
el 2001 votó para elegir gobiernos que realicen los necesarios cambios y
defiendan la soberanía. El 2011 fue así elegido Humala con el voto por
la gran transformación.
El Poder financiero lobista no está tranquilo. Se viene otra vez un
proceso nacional electoral. De ahí que no solo han copado los grupos
económicos al Estado, sino que con El Comercio actúan como agresivo
partido político mediático (concentran el 80 % de la prensa escrita y 2
canales de TV), y en la Confiep han formado un Patronato (bancos, pesca,
minería) para tener fondos “rápidos” para sus “campañas mediáticas”,
entre ellas imponer políticas públicas que precaricen más el empleo y la
vida, y regalen las empresa públicas.
La derecha lobista se alista, con Keiko, García y PPK, para
asegurarse la batalla electoral. Están con miedo al pueblo movilizado.
Acentúan el vasallaje. La historia tiene otra vez ribetes de epopeya,
tragedias y traiciones.