lunes, 31 de marzo de 2014

FUTURO MATRIMONIO DE UN HOMBRE CON SU PERRA

¿ Hasta dónde llegará la degeneración del ser humano ? No contentos con amarse entre individuos del mismo sexo, contraen matrimonio y hasta pretenden adoptar un hijo, sin tomar en  cuenta los derechos humanos de ese niño. Y todo eso, según los homosexuales y sus patrocinadores, en nombre de las libertades (libertinaje) y la modernidad. Ahora ya han llegado a enamorarse de su perro y pronto convivirán con sus mascotas, para luego  luchar por una ley que permita el matrimonio entre un animal y su dueño  (amante).

Y todos cuantos estamos en contra de esas perversiones, somos calificados como cavernarios y anticuados. No olvidemos que la caída del Imperio Romano no se debió tanto a las invasisones de los bárbaros, sino a la descomposición moral interna y la degeneración de sus costumbres.

eFotógrafo capta imágenes de apasionados besos entre perros y amos. (Foto:Chris Sembrot)

Perú, calabozo perpetuo

Por Eduardo Gonzales Viaña

Perú, calabozo perpetuo

Ocurrió en 1920, y ha seguido ocurriendo en el Perú. El calabozo es una forma de aislamiento penitenciario que se aplica por algunas horas o días a los reos que han estado observando mala conducta.

Luego de ser conducido a la cárcel de Trujillo, César Vallejo fue llevado a un calabozo que llamaban el “infierno”. Este innecesario trato le era inferido para humillarlo y ponerlo cerca de un preso que intentaría matarlo.

Muy decaído, pero sin perder la dignidad, salió de allí el poeta tres días después. El alcaide le pedía que presentara sus generales de ley.
—Usted me debió ser presentado apenas llegó a la cárcel. ¿Dónde dice que lo han tenido?
—En el infierno.
—¿En el infierno? Ya averiguaré quién recibió dinero para ponerlo allí.
Pero, señor Vallejo, usted está equivocado. Eso que usted llama el “infierno” es, en realidad, un calabozo, o algo mejor que eso. Lo llamamos sala de meditación.

Ocurrió en 1920, y ha seguido ocurriendo en el Perú. El calabozo es una forma de aislamiento penitenciario que se aplica por algunas horas o días a los reos que han estado observando mala conducta. Si ese régimen se prolonga, entra dentro del concepto de “tortura” tal y como lo entiende la Convención de las Naciones Unidas.

En nuestro país, no solamente existe el calabozo sino que hay seres humanos encerrados en él durante más de 20 años. A todo esto se añade que se encuentran en la base militar de una isla que no fue diseñada como centro penitenciario, y que sus familiares sufren duras restricciones para poder visitarlos. La madre de Víctor Polay murió hace unos meses luego de haber sido el rostro que él podía ver unas cuantas veces en el año.

Todo esto es inhumano y degradante. Así lo han entendido los jueces Óscar Sumar Calmet y Julio Biaggi Gómez, quienes ordenaron el traslado a un penal del INPE para Víctor Polay Campos, Miguel Rincón Rincón y Peter Cárdenas Schulte y Óscar Ramírez Durand.

Satanizados por toda la prensa e incluso amenazados, los jueces han ratificado su sentencia y han defendido la capacidad que tiene todo tribunal -y no los periódicos ni los otros poderes del estado- de interpretar la ley con justicia.
 
De forma increíble, el defensor del pueblo ha dicho que es sumamente peligroso poner a esos presos en un penal común. Por supuesto que eso no es cierto. Personas que llegan a la tercera edad luego de haber sufrido tan feroz aislamiento están muy lejanas de parecerse a un Rambo.

Como lo han señalado los especialistas, en condiciones de aislamiento prolongado se produce primero la desocialización o la pérdida de capacidad para relacionarse con la gente. Los prisioneros pueden perder incluso las capacidades de verbalizar oralmente o de distinguir los colores. La falta de contacto humano puede suponer la pérdida de la capacidad táctil o el sentir cualquier proximidad como una amenaza En definitiva, los efectos del aislamiento suponen una paulatina destrucción de la persona humana y son una agresión permanente contra aquella y un escarnio contra la misma condición humana.

No. El defensor del pueblo no los teme. Lo que ocurre es que quiere sumarse a quienes reclaman venganza. Quiere evitar que lo confundan porque, al fin y al cabo, una sociedad que tortura obliga a tener personas que aceptan, que se acobardan o que fingen no saber lo que está ocurriendo. Lo curioso es que no es ésta la misma regla con que se mide al Sr. Fujimori, autor de crímenes contra la humanidad. ¿Es él otra clase de terrorista con quien veladamente debemos estar de acuerdo?

Sé que es impopular e incluso peligroso pensar en el Perú de esta manera, y sobre todo expresarlo. Debería sentir miedo. Más miedo me da, como cristiano, el ser preguntado mañana por el más alto de los jueces si en los días de mi vida fui compasivo, y por lo tanto bueno, y si me sobrepuse a las amenazas y aprendí a ser valiente, hombre libre y de buenas costumbres.

sábado, 29 de marzo de 2014

LOS FUNERALES DEL APRA

Alberto Adrianzén

Los funerales del APRA

Ya no predica el cambio y las transformaciones, como en el pasado; ahora se presenta como la alternativa frente a los “nuevos populismos”.

Hace muchos años, cuando era universitario, en las asambleas solíamos gritar el “APRA nunca muere, vive de rodillas”. Ello simbolizaba el viraje a la derecha del aprismo en esos años y, también, una suerte de conciencia de que el aprismo, simplemente, como expresaba la consigna, iba a prevalecer en el tiempo.

El Partido Aprista Peruano, como sabemos, jugó un papel importantísimo en la historia política peruana del siglo XX. Junto con los comunistas, el aprismo expresaba una nueva representación política de las nacientes clases populares y medias en esos años. Las elites que gobernaban el país en esos tiempos decidieron por Sánchez Cerro y, más tarde, por la abierta dictadura. Es la ruptura, como bien lo señalaron Alberto Flores Galindo y Manuel Burga, entre las elites dominantes y sus intelectuales. Pasaron muchos años para que la derecha vuelva a tener intelectuales en el país.

El APRA, en aquel contexto, se convirtió no solo en el principal partido popular en el país sino también en una suerte de modelo político para otros partidos de la región. No debemos olvidar que tanto el discurso como la revolución que proponía el aprismo eran continentales. Años después, surgieron partidos similares en la región: Acción Democrática en Venezuela, Liberación Nacional en Costa Rica, el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) en Bolivia. Incluso, el movimiento peronista en Argentina, en cierta forma, es también inspirado por el aprismo. La llamada “tercera posición” de Perón le debe mucho a aquella frase de Haya de la Torre “ni con Washington ni con Moscú”.

Las virtudes del Partido Aprista Peruano fueron varias. Acaso la más importante fue crear un “pueblo aprista”, esa suerte de alianza entre los trabajadores manuales e intelectuales, que se convirtió en una subcultura política que permitía asegurar la continuidad, como se decía antes, “de padres apristas, hijos y nietos apristas”. Además, erigir una hegemonía en el mundo popular y sindical, una sólida ideología y una jefatura moral y políticamente indiscutible como fue la de Víctor Raúl Haya de la Torre.

Esas virtudes, más otras, como la de tener una consistente dirección política con dirigentes como Armando Villanueva, Ramiro Prialé, Luis Alberto Sánchez y Manuel “cachorro” Seoane, fueron las que permitieron al APRA tejer esa lealtad política con sus seguidores y electores. En ese contexto, el partido podía virar a la izquierda o a la derecha porque contaba a su favor con la adhesión de sus seguidores y el fuerte enraizamiento en el mundo popular o plebeyo.

Sin embargo, en los años cincuenta, el APRA, como anota Osmar Gonzáles, no pudo representar a las nuevas clases medias que se alinearon con Acción Popular y el social progresismo, ni tampoco a los migrantes que comenzaban a poblar las ciudades de la costa, en particular Lima, que poco a poco fueron representados por una izquierda variopinta. Es durante esos años cuando comienza la decadencia del aprismo y su abierto viraje a la derecha, como lo expresó, sin ambages, su alianza con Prado y Odría.
Los funerales del APRA

A diferencia del peronismo argentino, que mantiene una existencia activa en el mundo popular y sindical que le ha permitido girar a la derecha (Menem) o la izquierda (Kirchner) sin perder presencia en esos ámbitos, es decir, mantener el “pueblo peronista” y renovarse con un discurso y una práctica popular y plebeyos, el APRA poco a poco fue perdiendo y desmantelando su presencia en el mundo popular. Su último intento de acercamiento se produjo durante el inicio del primer gobierno de Alan García, que duró poco, porque pronto comenzó su desplazamiento definitivo hacia la derecha.

Lo que quiero sustentar es que el APRA, a diferencia del peronismo, no tiene ninguna capacidad de renovación luego de su viraje a la derecha. Sin un “pueblo aprista” que lo siga, sin una presencia activa en el mundo sindical, salvo las mafias que se mueven en construcción civil, con una “nueva ideología”, que es la apología de la globalización y del capitalismo mundial, sustentada en la “teoría del perro del hortelano” y en los últimos libros de García, que renuncia a la integración regional que fue parte medular del inicial discurso aprista -no en vano García es el impulsor de la Alianza del Pacífico-, hoy, el APRA ha perdido sus viejas lealtades políticas y su capacidad de renovación.

Ya no predica el cambio y las transformaciones, como fue en el pasado; ahora se presenta como la alternativa frente a los “nuevos populismos” que hoy aparecen en el país. La comprobación de todo ello fue el triunfo electoral de García en el 2006 frente a un candidato que, curiosamente, levantaba algunas de las viejas banderas del aprismo.

No es extraño que hoy el partido aprista esté envuelto en el lodazal de la corrupción y unido a la extrema derecha nacional y regional que intenta ganar terreno luego del viraje hacia la izquierda de la región.
Es el fin de un viejo partido populista y su conversión abierta y sin vuelta atrás en un partido de derecha y, diría, en una mafia política. Su actual “martirologio”, si cabe la expresión, tiene relación con la corrupción y no con las luchas del pueblo como fue en el pasado.

Hoy asistimos a los funerales políticos del APRA, el abandono de sus originales banderas programáticas es uno de los principales motivos, pero fue, sin duda, Alan García y su última gestión presidencial, quien le infligió la herida de muerte.

viernes, 28 de marzo de 2014

LA VERDAD SOBRE VENEZUELA



Por FRANCESCA EMANUELE

Muchas personas están verdaderamente confundidas respecto a lo que viene ocurriendo en Venezuela en las últimas seis semanas. Los medios de comunicación muestran imágenes de estudiantes en las calles, y reportan la muerte de más 30 personas al haber sido presas de un gobierno represivo que está “tomando medidas enérgicas” contra la disidencia. Se informa que, aparentemente, las protestas han sido motivadas por la escasez de bienes de consumo, la inflación, la criminalidad y, ahora, por supuesto, la “represión del gobierno”. 

Sin embargo, todas estas “informaciones” vertidas por los medios comienzan a perder credibilidad al escarbar mínimamente detrás de ellas. En primer lugar, alrededor de la mitad de los 36 muertos reportados parecen haber sido asesinados por protestantes: estos incluyen a cinco personas que fueron baleadas tratando de desmontar las barricadas de los protestantes o pasar a través de ellas; a seis guardias nacionales que recibieron diversos disparos; y a siete personas asesinadas a raíz de haber chocado o topado con las barricadas (incluyendo a dos personas decapitadas por un alambre que había sido extendido, por los protestantes, a lo ancho de la carretera). Si bien no debería haber ningún muerto causado por la represión estatal, lo cierto es que solo un número muy pequeño de las muertes pueden ser atribuibles a las fuerzas de seguridad del Estado. Además, al menos 15 agentes de seguridad del Estado han sido enviados a prisión por presuntos abusos y actos de violencia contra los manifestantes, algo que les puedo asegurar que no existe en Perú cuando nuestros “policías antidisturbios” se ensañan con los manifestantes.  

Asimismo, estas protestas no parecen ser producto de cualquier agravio específico causado por el gobierno electo. Por supuesto, la escasez y la inflación son un problema importante, pero lo es mucho más para las personas que carecen de recursos económicos, que para los manifestantes y sus adinerados partidarios. Según informes de prensa, las protestas se han limitado a solo 18 municipios de 335 en Venezuela, y estas son algunas de las zonas más ricas del país. Todas las encuestas realizadas revelan que la gran mayoría de los venezolanos están en contra de las protestas, y ha habido numerosos artículos en la prensa acerca de cómo casi no hay manifestantes de escasos recursos o de clase trabajadora.

Una explicación política sería la más precisa para entender lo que está impulsando las protestas. Los dos líderes principales de las revueltas, Leopoldo López y María Corina Machado, representan la extrema derecha de la oposición que quiere derrocar al gobierno democráticamente electo. Estos dos líderes, que vienen de y representan a las personas más ricas del país, participaron en el golpe de 2002 que derrocó brevemente al gobierno democráticamente electo de Hugo Chávez. Corina Machado incluso firmó el decreto del gobierno de facto, que abolió la Constitución, el Tribunal Supremo y la Asamblea Nacional.
Otra cuestión crucial es quitarnos la idea de que estas protestas están organizadas en torno a quejas específicas, como las manifestaciones en Brasil del año pasado, que reunieron a personas en contra del aumento del coste del billete de autobús y de las millonarias inversiones en la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos; o con las protestas de los estudiantes chilenos de 2011-2013, que se organizaron para demandar mayores niveles de acceso a la educación. Desde el principio, las consignas de estas protestas y sus líderes políticos de extrema derecha fueron dirigidas a “la salida”, buscando anular los resultados de las elecciones de 2014.

Todos los gobiernos de Sudamérica entienden lo que está pasando en Venezuela; por eso, el 7 de marzo se opusieron a intervenir cuando el gobierno de los Estados Unidos trató que la OEA lo hiciese. Por un margen de 29 a 3 –con solo los gobiernos de derecha de Panamá y Canadá apoyando Washington–, la OEA votó y declaró su “solidaridad” con el gobierno de Venezuela.

Es únicamente debido a la tergiversación sistemática de los medios de comunicación que el movimiento antidemocrático, de gran parte de los protestantes, tiene cierta credibilidad. Y claro, no hay que olvidarnos del apoyo de Washington, que incluye dinero ($5 millones en el actual presupuesto federal de los EEUU a la oposición venezolana) y un montón de influencia sobre los medios de comunicación internacional. Mientras tanto, los invito a que ustedes escarben detrás de las noticias que reciben en este país cooptado por la derecha. Los invito a que no dejen que les sigan tomando el pelo. 

¡ LA GRAN TRANSFORMACIÓN !

Foto: Jaja ;

sábado, 22 de marzo de 2014

LA GUERRA DEL SALITRE VISTA DESDE CHILE POR UNA HISTORIADORA PERUANA


Por Daniel Swinburn
Carmen Mc Evoy es muy conocida en nuestro medio, entre los historiadores. Al revisar en su libro la larga lista de agradecimientos a colegas chilenos vivos que le ayudaron de una u otra manera a dar a luz esta investigación, pareciera que no se omite a “nadie”, conocedor de la historia de Chile del siglo XIX. También despierta curiosidad la amplia gama de archivos, fondos y bibliotecas chilenas revisadas por McEvoy durante varios años. Este es un libro íntegramente investigado en Chile, pero también, podría afirmarse, socializado acá. Carmen Mc Evoy conoce aristas de la sociedad chilena actual, lo que seguramente hará que su libro no se lea sólo como un mero ejercicio disciplinario. “Guerreros civilizadores: política, sociedad y cultura en Chile durante la Guerra del Pacífico”es el resultado de un largo y ambicioso plan de investigación que edita Ediciones Universidad Diego Portales.
Carmen Mc Evoy es historiadora y profesora en University of the South, Sewanee (EE.UU.). Sus última publicaciones son: “Funerales Republicanos en América del Sur: Tradición, ritual y nación” (Santiago, 2006); “La República Peregrina. Hombres de armas y letras en América del Sur, 1800-1884″ (Lima, 2007), y más recientemente “Soldados de la República: Guerra, correspondencia y memoria en el Perú, 1834-1844″ (Lima, 2010).

- Como historiadora peruana, ¿cuál es su motivación para estudiar la Guerra del Pacífico desde la óptica de la república vencedora?

“La Guerra del Pacífico es uno de los eventos más importantes del siglo XIX en Sudamérica. El conflicto armado significó un cambio radical en las fronteras de Bolivia, Chile y el Perú. La derrota por un lado y la victoria por otro colaboraron en la forja de mentalidades, conductas e incluso actitudes muy particulares. En mi caso específico, es obvio que como ciudadana peruana no puedo escapar de una historia nacional que me ha marcado, sin embargo, como latinoamericanista, pienso que la pasión que la guerra aún despierta no ha permitido que se le estudie como un hecho del pasado. Un hecho que tiene un contexto, una dinámica y una lógica política y cultural sumamente interesante.

Por mucho tiempo la historiografía peruana estuvo entrampada en una visión “traumática” de la guerra. Una visión que anteponía la humillación y el dolor, un enfoque tremendista de la derrota, a la asimilación racional y analítica del acontecimiento dentro del marco de la construcción republicana peruana. Mirar al otro bando permite salir de dicho entrampe, insertar la contienda en un marco más amplio; el gran contexto de la Guerra del Pacífico es el de la construcción de estado-naciones en el viejo territorio del Virreinato del Perú. Y, en ese sentido, la “marginalidad” chilena frente a la “centralidad” peruana fue más favorable para forjar un estado-nación más apto para afrontar los retos de la cohesión interna y la consolidación externa que trajo la “era del capital”.

- Desde el punto de vista de la tradición historiográfica y narrativa chilena sobre este hecho, ¿cuál es la contribución que quiere hacer usted a dicha tradición con su libro?

“Aunque mi libro se sitúa, más bien en el debate latinoamericano sobre la construcción de naciones en el XIX, reconozco que puede significar un aporte crítico al debate historiográfico propiamente chileno sobre el tema; del singular nacionalismo chileno, sobre todo; singular por su cohesión interna y su agresividad (por la razón o por la fuerza) de índole portaliana. Una mirada desde los bordes, una suerte de ‘visión de los vencidos’ obliga a revisar visiones celebratorias o teleológicas, largamente establecidas”.

- Y en su país, ¿cómo se inserta este libro dentro de la tradición de historiadores sobre la Guerra del Pacífico?

“Como dije antes, la historiografía peruana de las últimas décadas ha pugnado por romper la visión “traumática” de la guerra. Una visión estacionaria e infértil que ha comenzado a ser desplazada por investigaciones que, por ejemplo, exploran la dimensión regional de la guerra, la participación indígena, la dimensión internacional, la ocupación y, por supuesto, la dimensión propiamente militar. La campaña de la Breña, en particular, emerge como tema favorito, no sólo por razones patrióticas sino porque aparece como una ventana para explorar aspectos muy complejos de la sociedad peruana atizados y revelados por la dinámica bélica. En mi caso, al haber tenido la oportunidad de trabajar archivos chilenos, no solamente he logrado dar una visión del contendor sino iluminar aspectos importantes de la guerra al poder consultar imprescindibles fuentes peruanas retenidas hace más de un siglo en archivos chilenos”.

- Este libro está realizado a partir de archivos exclusivamente chilenos. ¿Pudo acceder a documentos, cartas y otro tipo de fuentes que constituyeran una novedad para el estudio de la guerra?

“Aparte de una amplia consulta de la prensa regional, de los Ministerios de Guerra, de Gobierno, de las cartas de presidentes, militares, ministros y soldados, las fuentes procedentes del archivo de Benjamín Vicuña Mackenna me han permitido no sólo reconstruir el discurso del nacionalismo chileno sino rastrear su influencia específica en los múltiples actores de la guerra. Lo anterior ha sido posible debido al excepcional trabajo de recopilación documental y testimonial realizado por Vicuña Mackenna, quien se propuso escribir una suerte de historia de la guerra en tiempo real. El político y periodista articuló una excepcional maquinaria comunicacional que incluía desde la captura de documentos peruanos como parte del esfuerzo bélico hasta la entrevista a cientos o acaso miles de soldados que retornaban del campo de batalla”.

- ¿Cómo fue la experiencia de trabajar en los archivos chilenos?

“El orden, la amplitud y la fuerte institucionalización de los archivos chilenos es lo que me ha permitido la detallada reconstrucción que mi libro presenta; ese nivel de detalle es imprescindible para la confección de un libro que, más que demostrar una determinada teoría, presenta la historia de una vanguardia política confrontada con la contingencia y, subsecuentemente, cómo esa vanguardia fue capaz de montar acaso la más notable y eficiente maquinaria de guerra del XIX latinoamericano”.

- El libro maneja como concepto clave aquel que titula el libro: “Guerreros civilizadores”. ¿Cuál es el significado de este concepto en el desarrollo de su tesis?

“Recobra para nuestra comprensión de la historia el papel de las ideas, de la ideología, como la argamasa que cohesiona e imprime dirección a miles de voluntades individuales. En este caso, esa idea era que la guerra contra Bolivia y Perú -con todas sus implicancias morales, psicológicas, humanitarias- era, fundamentalmente, un imperativo de la historia, el choque inevitable entre la marcha de Chile hacia la civilización que, para concretarse, debía superar el obstáculo del ‘atraso’ y la ‘barbarie’ de sus vecinos norteños. Una especie de ‘destino manifiesto’ que, en rigor, propiciaba una reescritura de la historia en la que el viejo territorio remoto ajustaba cuentas con la vieja metrópoli colonial”.


- ¿En qué medida piensa usted, los trabajos históricos recientes pueden contribuir a distender la mirada actual que existe en Chile y Perú sobre la Guerra del Pacífico?

“En la medida que se profundiza en su estudio, la Guerra del Pacífico es menos memoria lacerante o epopeya espartana y más pasado histórico, lo que abre las puertas para elaboraciones menos pasionales y más racionales y realistas. Pienso que si la guerra deja de habitar en el presente, es decir si la transformamos en objeto de estudio, ella puede convertirse en un laboratorio fascinante para los historiadores de la región”.


* Publicado en el diario El Mercurio, de Chile, sección Artes y Letras, el 21 de agosto de 2011.

martes, 4 de marzo de 2014

CONFESIÓN DE PARTE: ASÍ AYUDÓ CHILE A GRAN BRETAÑA EN LA GUERRA DE LAS MALVINAS




 "Hay que conocer el pasado para vivir el presente y proyectar un futuro" 

  Los invito a leer un artículo de un matutino de Chile sobre la desclasificación de documentos secretos sobre el conflicto Malvinas. En palabras del entonces Comandante en  Jefe de la Fuerza Aérea de Chile General FACH Fernando Matthei

Hace unos días,  en el marco del cuarto encuentro de gabinete nacional que reunió a 10 ministros chilenos y 13 argentinos, el canciller Alfredo Moreno, reiteró el "deseo" del Gobierno de Chile que Argentina recupere la soberanía sobre las islas Malvinas. Ambos episodios muestran la imperiosa necesidad de mantener impecables relaciones con los países vecinos.

Eso no es así, claramente, en el caso de las relaciones con Bolivia, como no lo fue durante la guerra entre Argentina y Gran Bretaña, por las islas Malvinas, en 1982. El siguiente memorándum, redactado por el ex Comandante en Jefe de la FACh, Fernando Matthei, y desclasificado por José Piñera, representa una confesión de parte. Lo involucrado que estuvo Chile en el apoyo a Gran Bretaña. Es de esperar que jamás vuelva a suceder cosa semejante. A modo de postdata, cabe consignar que el enlace con la Real Fuerza Aérea Sidney Edwards, fue condenado con posterioridad, por haber participado en la ilegal exportación de armas a Croacia, en 1994.

En los primeros días de Abril de 1982, poco después de la invasión argentina a las Islas Falkland, el Jefe de Inteligencia de la Fuerza Aérea de Chile me informó que un Comandante de Ala de la Real Fuerza Aérea (RFA) de Gran Bretaña había llegado a Chile con un mensaje personal del Jefe del Estado Mayor de la RFA y requería una reunión inmediata. Lo recibí inmediatamente. Era el Comandante de Ala Sidney Edwards, quien me presentó de inmediato sus credenciales y me preguntó si estaría dispuesto a colaborar con Inglaterra en ese momento crítico. Ellos requerían ayuda, principalmente, en temas de inteligencia.

 Como nunca habían considerado a Argentina como enemigo potencial, carecían de información de inteligencia sobre dicho país. También me señaló que tenía poderes suficientes para negociar directamente cualquier requerimiento urgente de aviones, repuestos u otro equipamiento que la Fuerza Aérea chilena necesitara, con el objeto de fortalecer nuestras defensas ante la amenaza Argentina. Además, me señaló que deberíamos evitar los canales diplomáticos. Y me especificó que ni el Embajador británico ni el Agregado de Defensa tenían conocimiento alguno de él y su misión. Le señalé que antes de comprometer nada, tenía que, por cierto, conversar el tema con el General Pinochet y obtener su beneplácito respecto del tema. 

Conversé con el General Pinochet quien no se sorprendió en absoluto del requerimiento Británico. Lo analizamos cuidadosamente y reflexionamos sobre sus posibles consecuencias. El autorizó la cooperación con la condición que bajo ninguna circunstancia los ingleses podrían montar ninguna operación contra Argentina que utilizara territorio chileno. En esa reunión no estaba presente ninguna otra persona. Nuestro equipo de inteligencia le dio un completo informe al Comandante Edwards sobre la Fuerza Aérea Argentina. Le dimos libre acceso a nuestro centro de operaciones en Punta Arenas, donde nosotros monitoreábamos todas las operaciones de la Fuerza Aérea Argentina con nuestro radar de largo alcance y nuestro equipo de comunicaciones basado en tierra. El Comandante Edwards portaba una radio con comunicación satelital directa al Comando de la Fuerza Británica. Durante Abril de 1982, trabajamos mano a mano con los ingleses. 

Un avión Nimrod de la RFA voló a Chile para efectuar misiones electrónicas y de comunicaciones de mutuo beneficio. Como voló sobre territorio chileno, consideré que no estábamos violando la condición impuesta por el General Pinochet de no utilizar suelo chileno. La RFA embarcó también a Chile seis aviones Hawker Hunter desarmados abordo de un avión aerotransportado C-130. Otro C-130 trajo un radar militar de largo alcance que nosotros instalamos, de acuerdo con los ingleses, en frente de Comodoro Rivadavia. Me gustaría señalar que los aviones C-130 volaron vía Tahití e Isla de Pascua, ya que en ese momento ningún país sudamericano permitiría que aviones británicos sobrevolaran su territorio. 

No debemos olvidar que Chile fue el único país de América Latina que no apoyó a Argentina en la guerra contra el Reino Unido y que, en ese momento, el presidente de Chile era el General Augusto Pinochet. Así, cuando la Fuerza de ataque británica llegó a las aguas australes, todo estaba funcionando correctamente. 

Cuando el 1° de mayo los británicos atacaron, nosotros fuimos capaces de proveer al Comandante de la Fuerza de Ataque con información, minuto a minuto, de la reacción Argentina. Éramos capaces de detectar los aviones argentinos al momento que despegaban y monitorear su vuelo y sus comunicaciones, ya que transmitían con voz clara. Seguimos la ruta de los aviones hasta 80 kilómetros mar adentro. De esta forma, la Fuerza de Ataque británica estaba tempranamente advertida de los ataques argentinos y, así, eran capaces de preparar sus defensas y poner en vuelo a sus aviones para interceptarlos. 

Fui informado inmediatamente de todas las operaciones que se llevaban a cabo y pude seguirlas desde mi oficina. Toda información importante la entregué al General Pinochet. El constantemente revisaba lo que estábamos haciendo y estaba muy interesado en lo que estaba ocurriendo. El único yerro que tuvimos fue cuando un helicóptero británico que transportaba a fuerzas comando, aterrizaron de emergencia en territorio chileno a pocos kilómetros de Punta Arenas. Nosotros desconocíamos esta operación y como violaba uno de los principios que habíamos establecido, tuvimos una fuerte discusión con el Comandante Edwards quien prometió que esto no volvería a ocurrir más. Mientras se incendiaban los restos del helicóptero, todos en Punta Arenas y, después en Argentina, se enteraron del caso del misterioso helicóptero. Inmediatamente informé al General Pinochet. El me dio las instrucciones pertinentes en orden a negar cualquier conocimiento por parte de Chile sobre este incidente a nuestro propio Ministro de Relaciones Exteriores y se me dejó en libertad de acción para ayudar a la tripulación inglesa a salir de Chile.
 A través de sus propios canales de radio, se le ordenó a la tripulación inglesa entregarse a una instalación claramente especificada de la Fuerza Aérea chilena. Desde allí los embarcamos en un vuelo comercial con destino a Inglaterra. Me gustaría mencionar otro evento de importantes consecuencias.

 El 8 de junio, casi al final de la guerra de las Falkland, dos barcos de transporte, "Sir Gallahad" y "Sir Tristam" fueron atacados y destruidos por bombarderos argentinos con gran pérdida de vidas. Ese día, después de varios meses de operación continua, nuestro radar de largo alcance había sido apagado para efectuarle una mantención indispensable. Uno sólo puede especular cómo le habría ido a la Fuerza británica si no hubiera dispuesto de los avisos, con media hora de antelación, provistos por la inteligencia chilena respecto de los ataques argentinos.

 Para terminar, quisiera señalar que esta cooperación no ha sido nunca mencionada antes y no hubiera sido nunca mencionada si no hubiera sido por la injusta situación en que se encuentra el General Pinochet en el Reino Unido. Un país que él ayudó en un momento de necesidad y cuando ningún otro país de América Latina estaba dispuesto a hacer nada a favor del Reino Unido.

Fernando Matthei Aubel General ex Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile 25 de Marzo, 1999.

lunes, 3 de marzo de 2014

LA VERDAD SOBRE VENEZUELA



Ernesto Luyo Arias · Universidad Nacional de Ingenieria del Peru.



EL IMPERIALISMO Y SU PRENSA ADICTA QUIEREN APODERARSE DEL PETROLEO DE VENEZUELA


Hace tiempo que se publico los planes e incluso el cronograma elaborado por los gobernantes norteamericanos para derrocar a los gobiernos extranjeros de aquellos países que poseen grandes yacimientos de petróleo y que no le han sido suficientemente sumisos, todos ellos miembros de la OPEP. George Bush para justificarse los calificaba como “el eje del mal”.

Los planes se han ejecutado con minuciosidad, trayéndose abajo los gobiernos de Irak, Libia, Siria, etc, quedando pendientes Iran y Venezuela, los cuales se encuentran en la etapa de cerco y ablandamiento que corre a cuenta de las agencias de “inteligencia” yanqui y la prensa burguesa vasalla encabezada por la CNN estadounidense.

Ud, puede sintonizar CNN en español y comprobar como dedica toda su programación a magnificar las manifestaciones opositoras que se producen en Venezuela y en lanzar toda clase de acusaciones contra el gobierno, distorsionando los hechos e incluso propalando imágenes de represiones que se han producido en el pasado y en otros lugares. Todo ello bajo la sugerente primera plana de “Crisis en Venezuela”.

Los disturbios que se produjeron recientemente en Brasil que fueron de mayor intensidad, y causaron mayor numero de destrozos y de victimas, no tuvieron ese mismo tratamiento, ni tampoco las sangrientas represiones que se ejecutaron contra el pueblo que protestaba contra los golpes de Estado que se consumaron en Honduras y Paraguay donde la CNN prácticamente presento como “héroes de la democracia” a los golpistas que mandaron al tacho la voluntad popular expresada en la urnas, y que como es conocido tuvieron el asesoramiento y financiamiento de los Estados Unidos.

La prensa mercenaria peruana no podía quedarse atrás y causa asco ver el desfile de opinologos y políticos corruptos y mafiosos, incluso ex-gobernantes con amplio prontuario delictivo, saliendo a pontificar sobre “democracia y derechos humanos” y pidiendo que se produzca la intervención de la OEA, el ministerio de colonias yanqui, para que los intereses del imperio sean satisfechos y el petróleo pueda volver a manos de los consorcios imperiales.

Imaginemos que hubiera sucedido en el Perú, si Humala hubiera cumplido con sus promesas y hubiera encaminado al país hacia su gran transformación, siendo testigos de como la burguesía y sus políticos y su prensa no le dan un respiro a pesar de tenerlo ya sometido a sus intereses. Entonces viviríamos lo mismo que sucede en Venezuela, que los que han visto recortados sus gollerías y privilegios y los hijitos de papá, se lanzarían a las calles a agredir, incendiar, destruir locales públicos, súbitamente armados por una mano asesina, intentando derrocar a quien se ha atrevido a gobernar a favor de los olvidados, explotados y excluidos de siempre.

Cuando se pregunta por las causas de los desordenes, los opositores repiten que el origen esta en el incremento de la inseguridad y la escasez de productos, ocultando la maquinación de la burguesía y sus aliados. Pero la misma inseguridad se repite en muchos países latinoamericanos, incluido el Perú, donde además la desocupación, los sueldos de hambre (que NO están en la agenda presidencial) y el incesante alza del costo de vida, NO son motivo de preocupación para los corruptos políticos derechistas ni para los caviares arribistas infiltrados en el Frente Amplio de Izquierda, los cuales alientan y justifican la exigencia golpista de Vacancia Presidencial para Venezuela, al mismo tiempo que indignados rechazan que se plantee en el Perú donde un felón incapaz ha consumado una escandalosa estafa al pueblo que lo eligió,

En realidad estamos ante la mil veces negada, Lucha de Clases. en la que burguesía quiere hacer prevalecer sus intereses sobre las clases populares, la cual tiene que ser resuelta entre los venezolanos, sin intervención extranjera que favorezca la ambición del Imperio que tiene friamente calculado apoderarse del petróleo venezolano y será la conciencia política de los trabajadores y del pueblo humilde venezolano, asi como su organización, la que permitirá resolver en su favor el enfrentamiento, derrotando los planes golpistas, fascistas e imperialistas que quieren acabar con las conquistas del pueblo venezolano, asi como la indepencia que han obtenido con sus sacrificio.