martes, 29 de enero de 2013

ENCUESTADORAS AL SERVICIO DE LA CORRUPCIÓN Y MAFIAS POLÍTICAS

Paco Bustamante ·

La creciente popularidad del uso y abuso de estos datos como herramientas de comunicación político-electiva por la narco-corrupción, la prensa prostituida (periódicos y canales de TV) y por los narco-partidos políticos, da lugar a todo tipo de reflexiones sobre el marco regulatorio en el que operan las casas encuestadoras, la interpretación en medios de éstas y la lectura que los analistas hacen de los datos publicados. Por ejemplo, parece que varios medios tienen pocos o nulos conflictos éticos con la compra-venta de encuestas a modo a solicitud de sus clientes: los corruptos. Las encuestadoras y los medios no olvidan que los narco-partidos políticos tienen acceso a una gran cantidad de recursos, parte de los cuales, irónicamente, podrían provenir del ahorro que implica tener tiempos de radio y TV sin costo alguno. De esta manera, en una misma semana, solemos ver encuestas que colocan a la delincuencia revocadora puntera hasta con 20 puntos de ventaja sobre la decencia, mientras otras reducen el margen a un solo dígito. Este comportamiento atípico –por decir lo menos—del panorama de estas herramientas de medición, generan dudas justificadas respecto a su legitimidad como productos que reflejen aproximaciones cercanas a las verdaderas tendencias del votante.

Para los políticos corruptos, la efectividad de un arreglo con una o más casas encuestadoras aliadas sólidamente con medios de comunicación prostituidos, está clara. En este sentido hay dos factores básicos a considerar: los votantes y la maleabilidad de la información.

Respecto del primero, la audiencia más interesada y especializada que entiende estos datos tiene un volumen bastante bajo, mientras que la mayoría del pueblo recibe esta información según el giro que le den los medios prostituidos a las cifras. Esto último se relaciona a que, por otra parte, los datos de las encuestas son de fácil manipulación. Para el grueso de los potenciales votantes, los medios de comunicación desempeñan un papel central en la generación de percepciones entre los ciudadanos. Un mismo dato como un porcentaje de preferencia determinado, comunicado en dos formas distintas -- como por ejemplo “subió x puntos” y, por otro lado, “sigue x puntos abajo” -- conlleva mensajes distintos que omiten otros análisis de fondo. Esto suele dejar al público poco informado a merced de la interpretación de analistas, comentaristas y narradores de noticias.

Sin embargo, ¿cuáles podrían ser los incentivos que tuviera una encuestadora para arriesgar su prestigio y coludirse con uno u otro bando político? Obviamente el dinero sucio del narco-lavado. ¿Qué pasa cuando el resultado final de una elección deja muy mal paradas a las capacidades de monitoreo de tendencias de alguna de estas empresas? La respuesta: ¡nada! Simplemente el encuestador recurre al viejo argumento de que “las encuestas son únicamente una fotografía de un instante dentro de toda una compleja campaña”; con esto sale del ridículo y queda listo para seguir sirviendo a la corrupción y el crimen político organizado, a cambio de más dólares lavados.

Se preguntaran ¿qué tan fácil o difícil es manipular información estadística con el objetivo de moldear la opinión pública en favor de los corruptos? Veamos la secuencia de acciones que generalmente siguen las encuestadoras al servicio de la narco-corrupción y el crimen político: a) Piden un padrón -- con números telefónicos y direcciones-- de agraciados de programas de beneficencia (o como los llaman ahora, de inclusión social) del gobierno (gobierno central, municipal, regional, distrital, etc.) asociado a los partidos políticos que los contratan. b) Con el padrón en mano, juntan al azar 1000 o 1,200 nombres provenientes de municipios afines al partido que les paga. c) Llaman y visitan a esas 1000 o 1,200 personas, haciendo siempre las mismas preguntas "¿conoce usted la propuesta X del partido Y?" y luego "¿Por quién votaría usted?" con esto guían la intención de voto, porque les explican solo una propuesta de un candidato y no mencionan a otros contendientes. d) Del total de encuestas, eliminan, de las estadísticas, a los que no contestaron o contestaron "No sabe". e) Calculan sus porcentajes sobre el total de encuestas que si revelaron intención del voto. Ejemplo, de 100 encuestas sólo 40 dijeron por quién votaría, si suponemos que 20 dijeron que por la revocatoria, en lugar de 20% sobre 100 encuestas, será 50% sobre 40 encuestas. En este ejemplo los 60 indecisos fueron desechados a la basura; y e) Buscan un periódico de circulación nacional y pagan la inserción de la encuesta falseada en primera plana o en una sección importante, para influir en la opinión de la mayor cantidad de gente posible.

Es con la participación de la prensa prostituida que engañan a la población ingenua. Luego los canales de TV corruptos, utilizan a sus comentaristas, para repetir esta patraña mañana, tarde, y noche; unos con más gusto que otros. Resumiendo, no les hagas caso a las encuestadoras peruanas que se mueven dentro de un marco no regulado y hacen con la opinión pública lo que les da la gana o lo que sus narco-clientes políticos y corruptos les pagan para hacer y decir.

1 comentario:

  1. se deben eliminar esas mafias y que el pueblo elija quien debe gobernar graci

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