martes, 5 de febrero de 2013

ALDO M AÚN PUEDE SALVARSE

El gran pecado de Aldo M - que la minúscula DBA no cesará de celebrar, pero que el pueblo peruano jamás le perdonará-, consiste en  no haber leído las obras completas de su ilustre abuelo y, en consecuencia, haberse puesto al servicio incondicional de aquella clase social a la que el Amauta desenmascaró y combatió sin cesar. Es por eso que Aldo M nunca mencionaba a su antepasado, ni citaba texto alguno suyo, para refutarlo o para corroborar las absurdas posiciones neoliberales que Alditus asumía, para justificar sus jugosos honorarios. Esto lo aseguran los periodistas que, por su trabajo, se veían obligados a sufrir el terrible martirio de leer los interminables esperpentos que perpetraba a diario en Correo. 

Esperemos que hoy, al encontrarse sin chamba - él  que se mofaba de los trabajadores despedidos y desocupados- en la tranquilidad de su hogar empiece a madurar polìticamente y dé inicio a un proceso de autoeducaciòn  para conocer a fondo nuestra realidad social y económica desde los albores de la invasiòn de los bárbaros europeos. Y no hay mejor manera de hacerlo que leyendo y meditando las obras de su famoso abuelo, el más grande pensador de América Latina. ¡Si tan sólo pudiera empezar con los 7 Ensayos ! No tardaría en descubrir cuán equivocado estaba y empezaría su arrepentimiento. Tal vez, entonces, se reconciliaría con el puedblo peruano y con su antecesor. Dicen que los milagros sí existen. . .

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