sábado, 26 de septiembre de 2009

Verdades amargas

(Invito a reflexionar sobre el sentido de este poema y a identificar a su autor).

Ya no quisiera ver lo que he mirado
a través del cristal de la experiencia;
el mundo es un mercado en que se compra
honores, voluntades y conciencia.

¿Amigos?...Es mentira: no hay amigos,
La amistad verdadera es ilusión;
ella cambia, se aleja y desaparece
con los giros que da la situación.

Amigos complacientes solo tienen
los que disfrutan de ventura y calma;
pero aquellos que abate el infortunio
solo tienen tristeza en el alma.

Si estamos bien nos tratan con amor,
nos buscan, nos invitan, nos adulan
mas, si acaso caemos...francamente
solo por cumplimiento nos saludan.

En este laberinto de la vida,
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado:
amores, parentescos y amistad.

El que nada atesora nada vale,
en toda reunión pasa por necio;
y por más nobles que sus hechos sean,
lo que alcanza es la burla y el desprecio.

Solo es honroso lo que brilla,
aunque brille por oro lo que es cobre;
lo que no perdonamos en la vida
es el atroz delito de ser pobre.

La estupidez, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su puesto señalado;
las llagas del defecto no se ven
si las cubre un diamante bien cortado.

Nada humano es perfecto, puro y santo,
todo se halla con lo impuro entremezclado;
el mismos corazón con ser tan noble
¡cuántas veces se muestra enmascarado!


Existe la virtud, yo no lo niego,
pero siempre en conjunto defectuoso;
hay rasgos de virtud en el malvado,
hay rasgos de maldad en el virtuoso.

A nadie habrá de herir lo que aquí digo,
porque ceñido a la verdad estoy:
me dieron a libar hiel y veneno,
veneno y hiel en recompensa doy.

Pero si peco en mis palabras toscas,
en estas líneas oscuras y sin nombre,
doblando la rodilla en el polvo
pido perdón a Dios...pero no al hombre.

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