jueves, 3 de mayo de 2012

AL GARCIONE: SEPULTURERO DEL APRA


Al país le conviene que Al Garcione siga aferrado a su cargo con uñas (muy largas) y dientes, porque así habrá logrado lo que muchos dictadores de la derecha no pudieron alcanzar: la desapariciòn definitiva de esta mafia del escenario polìtico peruano. Durante más de 80 años, el Apra no hizo más que ser oposiciòn, y cuando por fin pudo llegar al poder en dos ocasiones, traicionó sus principios y gobernó con las pautas de sus antiguos perseguidores de la DBA. El Apra fue causante del retraso de nuestro país y fue el principal partido que erosionó las bases del Gobierno Revolucionario del General Velasco, contratando al felón Morales Bermúdez para derrocarlo y así frustrar un movimiento que, de haberse profundizado, hubiera cambiado totalmente la suerte del Perú y hoy estaríamos ocupando un lugar preponderante en el concierto de las naciones latinoamericanas, como corresponde a nuestro destino histórico.

El motivo que alegaba el Apra para oponerse a la Revoluciòn de Velasco era que éste estaba poniendo en ejecuciòn el programa aprista, pero, al mismo tiempo, organizó una enconada resistencia contra ese mismo programa, cayendo en una profunda contradicciòn. Pero solo era un pretexto, pues la verdad era que el Apra ya estaba en brazos de la DBA y, junto con ella, jamás permitiría ningún cambio estructural. Como vemos, es el peor daño que partido alguno haya causado al Perú. Por eso la agonía del Apra y su posterior muerte abren para los peruanos un futuro diferente y promisor. Si Al Garcione consigue sepultar al Apra, será el único gran servicio que haya prestado al país. Tal vez hasta se le podrá considerar como otro "héroe de la democracia".

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