miércoles, 8 de diciembre de 2010

LAS VERDADERAS RAZONES DEL GOLPISTA GARCIA

Los polìticos de derecha, defensores de García, toman como base de toda ts argumentaciòn el 9% que las encuestas le dan a Ollanta. Como si ese 9% fuera verídico, demostrado e irrefutable. Saben bien que esas encuestas son bambeadas, fraguadas y manipuladas al gusto de quienes pagan por ellas. Tampoco ignoran que todas las encuestadoras han hecho una concertaciòn para que Ollanta jamás pase del 10%, puesto que su partido no encarga, ni paga, investigación alguna, pues esas prácticas son un engaño para los votantes, además de ser polìticamente inmorales. Basta recordar la propuesta de Barrón a Lourdes para "mover las encuestas a su favor".

Por otro lado, sí es posible un golpe de estado de la derecha en caso de que salga elegido Ollanta, por el terror que le tienen a un gobierno patriota que empiece a transformar las estructuras tambaleantes y carcomidas de nuestro país y porque Ollanta es el ùnico candidato que tomará cuentas a este gobierno por la hipercorrupciòn y todos los crímenes perpetrados
.

Pero los candidatos de la derecha pretenden hacer creer a la poblaciòn de que este plan de gobierno en favor de las grandes mayorìas, y no de un minùsculo grupo de empresarios, significaría "desandar (sic) lo hecho desde Fujimori y Toledo hasta el régimen actual, lo cual crearía el caos y el desorden en el paìs", en palabras del gran golpista , Alan García. Como si Ollanta fuera un loco irresponsable para destruir el Perú, como sí lo hizo García entre 1985 y 1990. La verdadera razón para dar el golpe, con García a la cabeza, es evitar que éste pague en la prisión por sus latrocinios y genocidios , juntamente con sus ministros y congresistas corruptos, sus cómplices. Por eso García prefiere ir a la cárcel ( por poco tiempo) al propiciar un golpe contra Ollanta y no ser condenado a 25 o más años de prisiòn por los graves delitos cometidos en sus dos periodos de desgobierno. La verdad hay que decirla con toda el alma, si queremos adecentar la polìtica y no seguir engañando al electorado.

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