Rimarachín fue el vocero de millones de peruanos que no se tragan el
cuento de que Perú ha ganado con el fallo. De esos compatriotas que no
tienen tribuna para expresar su patriotismo, su impotencia y su rabia
contra la carencia de huevos de nuestros gobernantes y diplomáticos. Así
salvó el honor y la dignidad de un Congreso que más parece un establo -
según la conocida expresión de Lenin. Pero en este establo predominan
las gallinas y los borregos, incapaces de discrepar con la política
entreguista y timorata del Ejecutivo. Si Rimarachín no hubiera
protestado, haciendo uso de su libertad de pensamiento y de expresión,
se habiera dado un caso único en la historia de los parlamentos del
mundo, de una increíble y absoluta unanimidad al tratar asuntos de
soberanía nacional.
Pero ahora los borregos pretenden vengarse del valiente congresista cajamarquino por haberlos avergonzado ante la faz del mundo. Podrán sancionarlo- como seguramente lo harán para ocultar su cobardía y su posición de las seis y cuarto ante los chilenos, - pero no podrán callarlo. También lo hicieron con el mejor parlamentario de este Congreso - Javier Diez Canseco- pero, aunque lo mataron, no pudieron callarlo. JDC también hubiera protestado junto a Rimarachín.
Pero ahora los borregos pretenden vengarse del valiente congresista cajamarquino por haberlos avergonzado ante la faz del mundo. Podrán sancionarlo- como seguramente lo harán para ocultar su cobardía y su posición de las seis y cuarto ante los chilenos, - pero no podrán callarlo. También lo hicieron con el mejor parlamentario de este Congreso - Javier Diez Canseco- pero, aunque lo mataron, no pudieron callarlo. JDC también hubiera protestado junto a Rimarachín.
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