El Presidente García está acostumbrado a tirar la piedra y esconder la mano. Esta actitud, por demás cobarde, se manifiesta en diferentes ocasiones. Para la matanza de El Frontón, fue él quien dio la orden expresa de eliminar a todos los presos políticos ya rendidos. Pero no es lo suficientemente hombre como para admitir este acto de terrorismo de Estado. En la campaña del 2006, García fue obligado por el pueblo cuzqueño a escapar, sin poder realizar su mitin. Cuando huía al aeropuerto, una humilde campesina lo hirió en el pómulo con su honda. Ya seguro en el aeropuerto, lleno de furia, ordenó a sus secuaces regresar y matar al grupo que lo habìa atacado. En efecto, mataron a varios. Pese a los periodistas que presenciaron estos hechos, García negó haber dado esa orden. Este año, también fue él quien dio la orden de despejar la carretera de Bagua a cualquier costo. Pero, como siempre, no lo admite y culpa a los nativos de toda la tragedia. Y sus ayayeros, cobardes como él, no se atreven a decir la verdad... por ahora. Ya cantarán ante los jueces.
- 12/31/2009 - 09:13
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