domingo, 29 de abril de 2012

LA PROPUESTA ECONÓMICA TRAICIONADA POR OLLANTA

Por: Carlos Alonso Bedoya

Una de las cosas mejor armadas de la oferta electoral del presidente Ollanta Humala era su propuesta económica, que se fue moderando incluso antes de LA PRIMERA vuelta, hasta desaparecer del mapa con el nombramiento de Castilla y Velarde en el MEF y el BCR antes de iniciar el gobierno.

El punto central era la industrialización, frente a la persistencia primario exportadora; la articulación y promoción de los mercados internos, frente a la apuesta extrema de exportarlo todo; la intervención del Estado en actividades estratégicas como petróleo, gas, y otros recursos naturales, frente a la subsidiariedad estatal; la mejora del ingreso de las familias vía salarios y pensiones para mejorar su capacidad adquisitiva y estimular el mercado interno, frente a la estrategia del cholo barato para atraer inversiones; la descentralización fiscal frente a la excesiva discrecionalidad del MEF; y una fuerte inversión pública, frente al encajonamiento de recursos para generar superávit fiscales en un país donde aún está todo por hacer.

Esa era la propuesta económica contenida en el satanizado Plan de Gobierno de la Gran Transformación, también conocida como Economía Nacional de Mercado, que fue respaldada por el 32 por ciento de los electores peruanos y cuya base teórica fue y es desarrollada por Félix Jiménez en artículos, libros, ensayos y conferencias.

Jimenez es seguidor de Smith, padre de la economía de libre mercado, y toma de él –entre otras ideas sobre la apuesta por el agro y la industria- la convicción de que los mercados deben regularse, lo que es bastante pertinente en el contexto de una feroz crisis económica global originada precisamente por la desregulación total del mercado financiero mundial.

A nivel ideológico significa apartarnos de la teoría neoclásica (de donde viene el “neo” de neoliberalismo) en la que el Estado prácticamente debería desaparecer y el Mercado solucionar todos los problemas, lo que está en la base de la precarización del empleo y la privatización de los recursos naturales y estratégicos de la nación.

No tiene nada que ver con irresponsabilidad fiscal y monetaria, ni con parar el freno del crecimiento económico, al contrario, se trata de cambiar el estilo de crecer. Además, el propio Jiménez junto a Oscar Dancourt, fueron entre otros, los promotores -cuando estuvieron en el MEF y el BCR respectivamente- de la corrección de esas políticas (que desde finales del Fujimorato nos tenían en la recesión), introduciendo criterios de política contra cíclica para responder a crisis externas, metas de inflación y medidas de flotación de un dólar que desde que empezó el siglo XXI no para de desbarrancarse (en perjuicio de los exportadores, sobretodo de los manufactureros), entre otras medidas; lo que ha permitido tener una macroeconomía en azul desde entonces.

La inclusión en esta propuesta, no se reduce a unos cuantos programas sociales, sino a la eliminación de barreras que enfrenta la población: restricciones de mercado, de infraestructura, de calificación, de tecnología y de financiamiento. Para cada una de éstas, se proponían medidas concretas como los trenes o el mercado de capitales en moneda nacional.

A grandes rasgos, esa es la economía que el colectivo político Ciudadanos por el Cambio, a los que Humala encargó elaborar el Plan de Gobierno de la Gran Transformación, preparó para el hoy disuelto frente Gana Perú con el que se ganó las elecciones.

Jiménez es una de las figuras intelectuales más importantes de Ciudadanos por el Cambio, fuerza política que la semana pasada organizó su II Encuentro Nacional para invitar a la ciudadanía a mantener viva la bandera del cambio y vencer al continuismo neoliberal.

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