¡ Y pensar que Agustín Haya de la Torre fue, alguna vez, candidato a una vicepresidencia de la Izquierda Unida y proclamaba su marxismo leninismo a todos los vientos! Ahora aplaude a otro renegado de la izquierda (Sánchez Albabera, el que, a fuerza de percibir jugosos emolumentos de la CEPAL y otros organismos internacionales, ha abdicado, también, de su ideologìa primigenia). Ambos se han convertido ahora en furibundos CONGUISTAS (reclamamos la autorìa de este vocablo)y repiten, como cotorras, que la inversiòn minera traerá progreso y bienestar al Perú. Pero el hecho concreto e irrefutable es que la minería no ha beneficiado nunca a las localidades y pueblos de su entorno y que, más bien, ha dejado daños irreparables. Ahí tenemos La Oroya, Cerro de Pasco, Cajamarca, Huancavelica y tantas otras ciudades donde la pobreza extrema reina a ojos vista. Los conguistas podrán seguir croando, como las ranas, sobre las bondades de la inversiòn minera, pero el pueblo peruano ya no les cree porque la triste realidad los desmiente.
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