martes, 21 de septiembre de 2010

ASI LE ROBARON LA PRESIDENCIA A OLLANTA

Manual práctico de cómo robar una elección en la mesa de sufragio.

Por: José Barba Caballero (aprista).

Barba –a quien García nombró su embajador en Panamá– explica que los personeros sirven –aparte de su obvia función de defender a su partido– “también para hurtar furtivamente tantos votos como sea posible”. Sugiere a continuación dos líneas de acción: “En los cerros de Lima y sus alrededores hay cerca de 2 millones de votos con un marcado desinterés político; lo cual quiere decir que quienes pueden terminar confeccionando el acta final de escrutinio son los personeros de los partidos políticos”.

Explica que esas actas “donde casi todos los electores han votado por una determinada opción, o donde dos partidos se han dividido matemáticamente los votos, son claramente fraudulentas, pero absolutamente válidas”. Sugiere luego que, usando la información de las encuestas, los partidos pueden entrenar personeros “para que las mesas con votación desfavorable sean nulas (basta agregar un dígito)”. En cambio –prosigue– “en los distritos totalmente favorables, los personeros serán capacitados para evitar cualquier nulidad”.

Barba recuerda a los interesados que está en juego no sólo una ardiente disputa ideológica sino dinero contante y sonante: “Una campaña es una inversión muy grande en todo sentido, y todo esto se irá al tacho si en la última y decisiva batalla, que es la hora de contar los votos, no estamos allí”. Una vez explicado cómo perpetrar el fraude, remata con un sibilino: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.

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