Los chilenos conocen bien nuestra serenidad y moderación y por eso no se  detienen ante nada. Mientras nosotros cultivamos estas virtudes  diplomáticas, ellos siempre han contrapuesto la prepotencia y la  pendejada en sus relaciones con el Perú, pues estas son su divisa. Su  lema, antes de la Guerra del Pacífico era "Por la razón o por la  fuerza", pero después de ella ha cambiado a "Siempre por la fuerza,  jamás por la razón". Esa es la explicación de porqué, después de más de  130 años, nuestras fronteras aún no están delimitadas, ni en tierra, ni  en el mar. Es decir, pese a la firma de innumerables tratados y  convenios, es un hecho innegable que Chile sigue avanzando sobre el Perú  y un ejemplo es el triángulo en el punto de La Concordia, al que hace  referencia el columnista y del cual nuestros "hermanos" enemigos ya se  han  apropiado, como siempre, por la razón de la fuerza. Este caso es,  seguramente, único en la historia de los países.
En el caso de las minas antipersonales y antitanques, sembradas por Pinochet por el pánico ante la inminente invasiòn del norte chileno por Velasco, al no existir un trabajo conjunto de militares peruanos y chilenos, nadie puede saber si las minas puestas al descubierto por las lluvias han sido desactivadas o vueltas a sembrar con mayor cuidado. Todo se puede esperar de los militares mapochinos y de la desidia e inacción de sus pares peruanos. ¿Quién defiende al Perú?
En el caso de las minas antipersonales y antitanques, sembradas por Pinochet por el pánico ante la inminente invasiòn del norte chileno por Velasco, al no existir un trabajo conjunto de militares peruanos y chilenos, nadie puede saber si las minas puestas al descubierto por las lluvias han sido desactivadas o vueltas a sembrar con mayor cuidado. Todo se puede esperar de los militares mapochinos y de la desidia e inacción de sus pares peruanos. ¿Quién defiende al Perú?
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