La intervención del Estado en este problema solo intenta favorecer a los clubes más grandes y más morosos. Pero la crisis del fútbol es a nivel nacional y la soluciòn debiera ser integral, partiendo de las raìces mismas del caos en que se encuentran las instituciones deportivas, amateurs y profesionales. Con la conversiòn de los seis grandes del fútbol en sociedades anònimas, si es que se lleva a efecto, no se habrá acabado el problema. ¿Y qué de los otros clubes profesionales? ¿Y los dirigentes corruptos y eternos de las demás instituciones deportivas a lo largo y ancho del país ?
Se requiere tomar el toro por las astas: Una profunda reorganizaciòn y reestructuraciòn del deporte nacional en todos sus aspectos. Entre las medidas más urgentes deben estar: Desafiliaciòn voluntaria de la FIFA por dos años y en este lapso reordenar esta actividad y acabar para siempre con la corrupción, sobre todo en el fútbol profesional. Sabemos que esta propuesta provocará que los causantes directos de la actual crisis salten hasta el cielo: Dirigentes, jugadores, empresarios, periodistas deportivos y hasta las bataclanas que rondan a los jugadores por su dinero, protestarán a más no poder. Pero el futuro del fútbol peruano exige tomar medidas drásticas. Los intereses de
la minoría que actualmente se beneficia de la pésima situaciòn no pueden primar sobre los intereses de millones de aficionados. Basta de pastillas e inyecciones. Lo que el fútbol peruano pide a gritos es una operaciòn.
Se requiere tomar el toro por las astas: Una profunda reorganizaciòn y reestructuraciòn del deporte nacional en todos sus aspectos. Entre las medidas más urgentes deben estar: Desafiliaciòn voluntaria de la FIFA por dos años y en este lapso reordenar esta actividad y acabar para siempre con la corrupción, sobre todo en el fútbol profesional. Sabemos que esta propuesta provocará que los causantes directos de la actual crisis salten hasta el cielo: Dirigentes, jugadores, empresarios, periodistas deportivos y hasta las bataclanas que rondan a los jugadores por su dinero, protestarán a más no poder. Pero el futuro del fútbol peruano exige tomar medidas drásticas. Los intereses de
la minoría que actualmente se beneficia de la pésima situaciòn no pueden primar sobre los intereses de millones de aficionados. Basta de pastillas e inyecciones. Lo que el fútbol peruano pide a gritos es una operaciòn.
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