Es indudable que Del Castillo, García y su consuegro Hidalgo empezarán el juego del Gran Bonetón ante la megacomisiòn. Pero los congresistas no deben someterse a ese juego. Lo irregular empezó cuando García ordenò a Hidalgo intervenir en la incautaciòn de las pruebas del chuponeo. Hidalgo nada tenìa que hacer en ese asunto. Luego, García, por más expresidente que sea, es el gran culpable y que no venga con que "lo ignoraba mayormente". Una confrontaciòn entre Alan (a) pulga hinchada de tanto chupar la sangre del Estado y Miguel Hidalgo, será absolutamente necesaria para esclarecer este hecho. Hidalgo tendrá que explicar, delante de García, quién le ordenò, sin el conoocicmiento del Director General de la Policìa, ocuparse del caso del chuponeo y sustraer o borrar los USB y demás pruebas que incriminaban al propio Presidente, a Del Castillo y otros apristas.
Si la megacomisión no se amarra bien los pantalones, los hábiles lìderes apristas, especialistas en cometer delitos y hacer desaparecer las pruebas, los convertirán en el hazmerreír de los presentes y de los televidentes. Tienen que obligarlos a cantar sus fechorías y a acusarse mutuamente, como Mulder y Becerril.
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