viernes, 2 de julio de 2010

EL GAS DEBE SATISFACER PRIMERO A LOS PERUANOS


Por Germán Alarco Tosoni, investigador de CENTRUM, Universidad Católica del Perú.

No tenía intención alguna en abordar la problemática del Gas Natural, ante expertos columnistas como H. Campodónico y M. Dammert. Ellos no necesitan refuerzos. Sin embargo, a este tema se le están atribuyendo connotaciones ideológicas y políticas que desvían la atención de lo medular a lo accesorio. Mi hipótesis es que los problemas con este hidrocarburo son eminentemente técnicos y lamentablemente reflejan la preeminencia de una perspectiva privada sobre el interés público. Se identifican por lo menos cinco aristas al problema, sin abordar las cuestiones legales. LA PRIMERA es la relativa a priorizar los consumos externos, cuando años atrás se planteó modificar la matriz energética del país hacia combustibles menos contaminantes y económicos. Nadie en su sano juicio jerarquiza el consumo de los foráneos y menos aún cuando la incorporación de reservas probadas no ha ido al ritmo de lo esperado (segunda arista).
La planeación sectorial se debe realizar sobre estas últimas, no en las probables, posibles y menos las prospectivas. Más exportación no implica más Gas Natural, sino todo lo contrario. Más inversión no necesariamente redunda en mayores reservas probadas. La tercera arista del problema es que ningún país del mundo va a exportar Gas Natural barato para tener que importar otros energéticos, total o parcialmente sustitutos, más caros por unidad de energía. No es admisible que el Gas Natural para exportación sea más barato que el doméstico. El Perú vende Gas Natural y compra petróleo para ser refinado. En la lógica privada ganan los que extraen, transportan y licúan el Gas Natural. También se benefician las refinerías de petróleo y los distribuidores de combustibles con la importación y procesamiento. Sin embargo, el país pierde divisas, las familias y empresas tienen que pagar por un energético más caro y contaminante. Se desaprovechan ventajas competitivas. Las dos últimas aristas se refieren a la reducida participación de la Nación, propietaria de los recursos, en estas operaciones. Se gana, pero los beneficios pudieron ser mayores. Estas exportaciones encubren un serio problema de precios de transferencia que debería ser abordado por la SUNAT. En la extracción, procesamiento, transporte, licuefacción, regasificación y consumo del Gas Natural en México participa una misma empresa extranjera. Esta transfiere fabulosas utilidades (compartiéndolas con otros) de aquí al exterior. Ni siquiera obtuvieron un buen precio afuera. Termino señalando que el gas debe ser prioritariamente para beneficio de todos los peruanos.

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