Siempre hemos afirmado que Mario Vargas es un excelente novelista, pero un pésimo polìtico. Si MVL se hubiera dedicado solamente a las letras, el Nobel se le hubiera concedido hace mucho tiempo. Pero, por desgracia, cedió a la tentación del poder y a la presión de los viejos polìticos de la derecha peruana y se dejó envolver por los torbellinos de la política criolla, quedando muy mal parado, al ser derrotado por un japonés desconocido. Si Mario Vargas hubiera sido consecuente con sus ideas izquierdistas e ingresado a la polìtica al frente de las masas revolucionarias del país, seguramente hubiera cosechado los dos premios tan apetecidos, como Miguel Angel Asturias: el Nobel de Literatura y la presidencia de su país.
Su viraje ideològico, cada vez más hacia la derecha, lo mantuvo privado de ellos por largos años, hasta que la Academia Sueca decidió concederle el Nobel antes de que pase a mejor (¿peor?) vida. En todo caso, nuestras felicitaciones al literato y un pedido encarecido al polìtico: apártese de ese campo en lo que resta de su vida y lo recordaremos como al más brillante escritor peruano de todos los tiempos, quien no pudo ser malogrado para las letras por la política, como le sucedió a Luis Alberto Sánchez.
Su viraje ideològico, cada vez más hacia la derecha, lo mantuvo privado de ellos por largos años, hasta que la Academia Sueca decidió concederle el Nobel antes de que pase a mejor (¿peor?) vida. En todo caso, nuestras felicitaciones al literato y un pedido encarecido al polìtico: apártese de ese campo en lo que resta de su vida y lo recordaremos como al más brillante escritor peruano de todos los tiempos, quien no pudo ser malogrado para las letras por la política, como le sucedió a Luis Alberto Sánchez.
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