El problema de los candidatos de derecha es su credibilidad. Podrán repetir mil veces sus planes de gobierno, pero, al haber estado ya al frente del gobierno cuatro de ellos y no haber cumplido con sus promesas, hace que el pueblo no confíe en sus ofrecimientos. Antes bien, teme que vuelvan a cometer los mismos actos de corrupciòn. Entonces, sus asesores les indican que la única forma de llamar la atenciòn de los electores y conseguir su voto es protagonizando actos groseros e impúdicos - Kuczynski dejándose agarrar los testículos, al más puro estilo de Laura Bozzo; Castañeda gritando que se le caen los pantalones, Toledo copulando con unas negras, con ropa puesta y al ritmo de un negroide-, y todos ellos usando un lenguaje procaz, propio de los barracones. Solo falta que la candidata Fujimori se aparezca en un diminuto bikini, dejándose apapachar por sus seguidores. Es decir, la campaña se ha convertido en un programa cómico de la TV basura, porque "eso es lo que le gusta a la gente".
Pero hay quien salva la auténtica polìtica y no la rebaja a niveles delincuenciales. Ollanta Humala es el ùnico candidato que se esfuerza por adecentar la política y, paradójicamente, es el que apenas aparece por breves segundos en la TV y siempre prestando declaraciones- cortadas a cada rato-, pero nunca en olor a multitudes o rodeado de sus miles de partidarios. Esta sucia maniobra ha sido ordenada, sin duda, por Alan García y la TV cumple su misión en esta guerra sucia.
Pero hay quien salva la auténtica polìtica y no la rebaja a niveles delincuenciales. Ollanta Humala es el ùnico candidato que se esfuerza por adecentar la política y, paradójicamente, es el que apenas aparece por breves segundos en la TV y siempre prestando declaraciones- cortadas a cada rato-, pero nunca en olor a multitudes o rodeado de sus miles de partidarios. Esta sucia maniobra ha sido ordenada, sin duda, por Alan García y la TV cumple su misión en esta guerra sucia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario