Se olvidó de las elecciones de 1990, en las que FREDEMO derrochó decenas de millones de soles en una propaganda escandalosa. Pero bastó que surgiera un japonecito, que sin mucho dinero le ganó a Vargas la presidencia.
Sin ir muy atrás en el tiempo, en nuestros dìas, vemos a un candidato, Ollanta, que hace una campaña franciscana. No tiene carteles, ni camiones, ni aviones. Sin embargo, ya está próximo a relegar a Toledo, con millonaria propaganda, al segundo lugar. Si en este proceso electoral los partidos de derecha juegan limpio y el JNE se mantiene imparcial, es casi seguro que este candidato pobre alcance la presidencia, tal como es el anhelo de la mayorìa del pueblo peruano.
La explicaciòn de este fenómeno es simple: el electorado ha aprendido a desconfiar de los candidatos millonarios que no explican la procedencia de sus fondos. La sabiduría popular, haciendo caso omiso de los periódicos y la TV, llega a la conclusiòn de que son los ricos y las grandes empresas quienes financian a estos polìticos corruptos y, en consecuencia, a la hora de votar eligen al candidato con mejor programa, aunque no haya tenido mucha propaganda, ni carteles. Y eso ocurrirá el 10 de abril. La plata, que a Toledo, Kuszynski, Fujimori y Castañeda les viene sola, no siempre lo puede todo.
Sin ir muy atrás en el tiempo, en nuestros dìas, vemos a un candidato, Ollanta, que hace una campaña franciscana. No tiene carteles, ni camiones, ni aviones. Sin embargo, ya está próximo a relegar a Toledo, con millonaria propaganda, al segundo lugar. Si en este proceso electoral los partidos de derecha juegan limpio y el JNE se mantiene imparcial, es casi seguro que este candidato pobre alcance la presidencia, tal como es el anhelo de la mayorìa del pueblo peruano.
La explicaciòn de este fenómeno es simple: el electorado ha aprendido a desconfiar de los candidatos millonarios que no explican la procedencia de sus fondos. La sabiduría popular, haciendo caso omiso de los periódicos y la TV, llega a la conclusiòn de que son los ricos y las grandes empresas quienes financian a estos polìticos corruptos y, en consecuencia, a la hora de votar eligen al candidato con mejor programa, aunque no haya tenido mucha propaganda, ni carteles. Y eso ocurrirá el 10 de abril. La plata, que a Toledo, Kuszynski, Fujimori y Castañeda les viene sola, no siempre lo puede todo.
¿Y ahora Sr. que nos puede decir? Ollanta Humala ha gastado ya 9 millones de dolares y se convierte en el candidato "millonario" que a juzgar por su logica, es financiado por los ricos y las grandes empresas. Imagino que su voto ya no será por Ollanta, verdad?
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